Un 9 de febrero, pero de 2018, el Ministerio de Transporte de la Nación inauguraba de manera oficial el Aeropuerto de El Palomar al norte del partido de Morón, el primer de la República Argentina para líneas "low cost".
A seis años de la inauguración del Aeropuerto de El Palomar
Un día como hoy, pero de 2018, el Aeropuerto de El Palomar se transformó en el primero del país para líneas "low cost", aunque no duró mucho en funcionamiento.
Pese a que ese primer día estuvo marcado por el mal estado del tiempo y varios desvíos de aviones a Ezeiza, una gran cantidad de vecinos se vieron asombrados por el sonido de las turbinas y el aluvión de pasajeros que llegaban de todas partes o se iban, a tal punto que al año siguiente se convirtió en el aeródromo número 10 con más movimientos del país.
Según cifras gubernamentales, unas 764 mil personas pasaron por sus instalaciones durante sus primeros 365 días abierto al uso civil, ya que hasta ese momento era propiedad de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) y esta le otorgó una concesión por cinco años a Aeropuertos Argentina 2000 para que lo aproveche (venció en 2023).
"Este aeropuerto registró un fenómeno inédito en la última década: el 17% de los usuarios que pasaron por El Palomar tomaron un avión por primera vez en su vida. Cabe destacar que el 40% de los pasajeros llegan a esta terminal en transporte público", señalaban en la gestión del por entonces presidente Mauricio Macri.
Un fenómeno que duró poco para El Palomar
A poco más de dos años de haber comenzado a operar y con una pandemia y cambio de gobierno de por medio, Alberto Fernández decidió suspender "momentáneamente" en marzo de 2020 sus vuelos comerciales para evitar la propagación del coronavirus, lo que hizo que las dos empresas que lo aprovechaban, Flybondi y JetSmart, se mudaran a Aeroparque.
A pesar de que numerosos políticos, referentes vecinales y dirigentes de todo tipo expresaron varias veces su deseo de reabrirlo, la terminal moronense nunca volvió a funcionar. La comodidad de las mencionadas compañías aéreas en un lugar más grande y las quejas de muchos habitantes de la zona por el impacto ambiental tampoco colaboran en la viabilidad de su retorno.