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Es de Caseros y creó un revolucionario sistema para enseñar chino en el Oeste

Nicolás Oliva estudia el idioma del gigante asiático desde 2009 y ahora lo enseñará en dos universidades, para lo que diseñó un método único en el mundo.

El 35% de la población mundial tiene al chino como idioma nativo y eso lo convierte en el más utilizado del planeta, pero en Argentina todavía no es tan popular como el inglés y el portugués. Es por eso que un joven oriundo del Oeste, más precisamente de la localidad de Caseros, busca cambiar tal realidad.

Se trata de Nicolás Oliva, quien actualmente vive en la vecina ciudad de Santos Lugares y empezó a estudiar la lengua en 2009, a tal punto que es técnico recibido en el Instituto Superior de Intérpretes de Idioma Chino (ISIIC). Desde principios del corriente mes lo enseña en la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF) y se encuentra en tratativas para hacerlo también en su par de La Matanza (UNLaM).

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Sin embargo, al adentrarse en la docencia se encontró con la dificultad de que el método de enseñanza se creó para los angloparlantes, dejando de lado a los hispanohablantes, por lo que se puso a pensar una manera de hacerlo más sencillo para nosotros.

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LA PERLA LARGO

Así fue como el hombre de 47 años diseñó un revolucionario sistema único en el mundo que, a través de la pronunciación, simplifica el entendimiento de los alumnos argentinos, cuyo rango etario es sumamente variado. En una entrevista exclusiva con Viví el Oeste, nos lo presenta y además explica su pasión por el mandarín y por qué debería ser estudiado por mucha más gente.

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El atractivo del chino para el profesor de Caseros

- ¿De dónde viene este interés por el chino?

Mirá, yo antes era despachante de aduanas y en la carrera todos los profesores me decían que tenía que saber inglés, portugués y chino para el comercio exterior porque China va a ser el líder mundial en el rubro. Y después, investigando más sobre el mercado, las subidas y bajadas y los cambios de mando, descubrí que cuando un país domina el mercado mundial se transforma la potencia número 1, qué es lo que está pasando con China ya hace años. Entonces yo digo, bueno, ya sabía inglés y había aprendido portugués... Voy a estudiar algo de chino para ver cómo es. Y me re enganché. Después entré a trabajar en la Aduana y vi lo que era realmente el comercio de China: de los de 100 contenedores que vienen al país, el 90% son de allá. Ahí pude comprobar en la realidad lo que me decían mis profesores. Y seguí practicando con más ganas porque pensé: esto ya pasó primero cuando Napoleón tomó Europa y el francés se transformó en el idioma universal, luego con Inglaterra y la Revolución Industrial, después Estados Unidos tras las dos guerras mundiales y ahora China junto a EEUU y Europa. En 2021 vino la pandemia. Yo tengo tres conocidos chinos y me decían que tenía que dar clases porque yo estaba como estancado y no sabía cómo aplicar el idioma en lo real. No conozco chinos nativos para hablar. Empecé ese año y desde ahí no paré. Ahora estoy en la UNTREF y en el Instituto Libertad de San Martín.

- ¿Qué es lo que más les interesas a tus estudiantes respecto al idioma o cómo crees que llegan a estudiar chino?

Mira, es muy variado. Hay muchas personas que me dicen: "yo sé lo que va a pasar con China", que será la primera potencia mundial y que todos tendremos que saber una vez en inglés y chino. Esos serán un 25% y tienen razón, porque son los dos idiomas más fuertes del mundo y hay que tener una base de ambos. También están los jubilados por el tema del Alzheimer. Los médicos le recomiendan aprender un idioma y uno de ellos es el chino porque te estimula a usar el lado derecho del cerebro. Con las lenguas occidentales nos hacen trabajar el izquierdo y el otro no. Y después los jóvenes por un tema de salida laboral y por chapear o sentirse más cheto.

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Las bondades del idioma para el Oeste

- ¿En qué influye estudiar idiomas para prevenir el Alzheimer?

El problema viene por no usar todo el cerebro. Si lo ponés en funcionamiento los dos hemisferios es como que lo eliminás. Todo esto más allá de que el chino es algo bastante difícil porque es extremadamente distinto al español. No es un idioma, sino que son dos: uno hablado y uno escrito porque posee sinogramas y cada uno es una palabra. No tiene letras. Entonces tenés que memorizar todo un idioma desde cero. Es un gran desafío. Hubo un experimento en Europa donde probaron gente de distintos países con padres con Alzheimer y comprobaron que los que aprendían tres idiomas empezaban a padecer síntomas recién a los 90 o 95 años. Y al chino se lo considera como aprender dos o tres idiomas juntos. Necesitás entre 10 y 15 años para mantener una conversación básica con los chinos, que es lo que más o menos llevo de aprendizaje. Enseñe a los que no saben nada o a los que tienen una base fuerte y quieren avanzar.

- En cuanto a enseñar, me contaron que diseñaste un método especial para que a los hispanohablantes le sea más fácil aprender chino. ¿Nos lo podés describir?

Sí. Lo que pasa es que en la antigüedad los chinos lo aprendían como de boca en boca. Lo que pasó es que los occidentales no podíamos estudiarlo así porque era extremadamente difícil. Entonces en 1950 crearon un sistema con una fonética occidental para pronunciar los caracteres chinos. Pero ese sistema fue fabricado con prioridad para el inglés y usando las palabras para pronunciarlas muy similar a los angloparlantes. Y eso es muy difícil para nosotros. Entonces lo adapté a los hispanohablantes. Por ejemplo, la letra Q se pronuncia CH en chino y eso hace confundir todo el tiempo, por lo que cuando escribo algo reemplazo la Q por la CH. Si se pronuncia con Y, que es muda en chino, no se pone nada y solo están las que le siguen. Y así surgieron un montón de cambios para que la gente lea lo que ve y escucha. Hicimos muchos experimentos y vimos que los nuevos están aprendiendo mucho más rápido con este sistema porque tienen que leer lo que ven o lo que está escrito. Incluso ya no dejan tantas personas como antes. Se nos ocurrió a nosotros este año. Alguien lo tenía que hacer, ja. También me di cuenta que no había ninguna manera de aprenderlo en el Gran Buenos Aires porque todos los institutos están en la Capital Federal, por lo que creé "Idioma Chino Buenos Aires" con cuatro colegas más (NdeR: se puede consultar toda la información en este enlace). Estamos en distintos puntos del Conurbano: tenemos una sede central en San Miguel, yo estoy en distintos puntos del Oeste como Castelar, Ramos Mejía y Tres de Febrero.

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Entre China y Argentina no hay tanta diferencia

- Más allá de esos dos aspectos que me mencionaste antes, ¿Por qué la gente debería animarse estudiar chino?

Porque los chinos son muy parecidos a los argentinos. Muy cálidos y amigueros. Se quieren juntar todo el tiempo, tener amigos y salir a divertirse. No son tan cerrados como cree. El tema es que tenés que entrar en confianza, pero son re buenos amigos. Si lográs conocerlos y entrar en su círculo, vas a ver que son muy parecidos a nosotros. Todos piensan que son mala onda, pero también es porque están en otro país y tienen miedo o no hablan bien español y les da vergüenza. La verdad es que tengo un montón de amigos chinos y son re buena gente. Se destruyen miles de prejuicios cuando los empezás a conocer. Aparte su cultura tan divertida... es como un planeta aparte. No te alcanza la vida para descubrir todas las cosas que tiene. China era peor país del mundo en la década de 1950 y ahora son uno de los mejores.