Desde que la Selección argentina salió campeona del mundo en Qatar 2022 las historias y anécdotas no paran de salir a la luz. En esta ocasión, se trata de la historia de dos hermanos que lograron quedarse con la pelota con la que Messi convirtió el 3 a 2 en la final y la trajeron al Oeste, más precisamente a Castelar.
Castelar: dos hermanos se quedaron con la pelota de la final
Dos hermanos vecinos de Castelar lograron quedarse con la pelota con la que Messi convirtió el 3 a 2 en la final del Mundial Qatar 2022.
Ignacio y Juan, en dialogó con Buen Telefe relataron cómo fue el momento en que lograron quedarse con el balón con el que Messi anotó el 3-2 contra Francia después de que Dybala la arrojara a la tribuna del Estadio Lusail.
"La verdad es que tuvimos muchísima suerte, porque es la pelota del gol más gritado en los últimos 30 años. Tuvimos la suerte de que uno de los jugadores de la Selección argentina la reventó hacía el bloque donde estábamos nosotros y cayó muy cerquita nuestro, cuando voy a ver la pelota la tenía un francés, le explicó que se tenía que devolver a la policía, el francés me entrega la pelota a mí y después no la largué por nada del mundo", relató Ignacio.
Y continúo: "Vino uno de los policías a pedírmela y no me la podía sacar y cuando vino el supervisor nos dijo 'se pueden quedar la pelota, es de ustedes' y el encargado de ayudarme a armar un operativo de distracción para que no me saquen la pelota fue mi hermano".
Todo sea por la pelota del Mundial
Por su parte, Juan contó que agarró el balón y comenzó a escabullirse entre la gente. Cuando regresó se sentó arriba de la pelota y cuando llegó la policía y les comunicó que se la podían quedar todo fue felicidad.
"La guardamos en la mochila", expresó y agregó que la pelota tiene el aire original del partido del domingo. Los hermanos también explicaron que no despacharon el balón en la valija "porque el riesgo era muy alto, fue conmigo todo el vuelo", contó Ignacio.
Como si tener la pelota de la final con la que Messi metió un gol, los vecinos de Castelar causaron furor en el vuelo y lograron que la aerolínea los ubique en primera clase. Una historia que marcó la vida de Juan e Ignacio para siempre.