Hace alrededor de 50 años que el paisaje de la ciudad de Castelar, al oeste del partido de Morón, posee una particularidad que es de vital importancia para los vecinos de los barrios Seré y Ferroviario: el puente peatonal que cruza las vías del Tren Sarmiento a la altura del depósito de la empresa estatal Trenes Argentinos Operaciones.
Este cordal fue construido en la década de 1980 y es popularmente conocido como "Botta" debido a la antigua fabrica de sanitarios llamada A. Botta y Compañía, la cual se ubicaba sobre la Avenida Rivadavia al 21.000 y hoy está abandonada.
Anteriormente, en su lugar había un paso a nivel (PAN) peatonal que era objeto de muchas quejas por parte de los habitantes locales, ya que las cuatro vías (la tercera está actualmente inactiva) y la circulación constante de formaciones de larga distancia, cargas y urbanas que iban y venían tanto prestando servicio como para guardarse en el mencionado predio lo volvían extremadamente peligroso.
Al día de la fecha, sigue siendo el único de su clase en casi toda la región debido a que que los recientemente emplazados son solo para vehículos. Posee escaleras mixtas de hormigón con barandas de metal y un techo de chapa y antes tenía un hueco del lado sur que era utilizado por personas en situación de calle para dormir o incluso vivir, razón por la que debió ser tapiado.
El escenario de un sangriento crimen de Castelar
Eran las 19:20 horas del 24 de junio de 1977, plena dictadura cívico-militar, cuando en el mencionado PAN que precedió al Puente Botta el mayor Romeo Antonio Servidio, ya retirado del Ejército Argentino, volvía de buscar a su hija en la parada de colectivos de la citada avenida.
Cuando cruzó para la calle Segunda Rivadavia, un grupo del "Comando Oeste" de Montoneros lo sorprendieron y le efectuaron disparos que terminaron por matarlo delante de la chica de 14 años, quien logró refugiarse en una casa lindera y resultó gravemente herida. Los frentistas más longevos mencionan varios de estos enfrentamientos armados por esa época y que incluso dejaban las marcas de las balas en los fierros.