El mosquito que produce Dengue tiene en vilo a todos los argentinos, sobre todo para este verano. En suma, investigadores del Laboratorio de Neurobiología de Insectos (CENEXA-CREG) descubrieron que existen tres mutaciones de Aedes aegypti extendidas en el área metropolitana de Buenos Aires (AMBA).
Detectaron tres mutaciones del mosquito del dengue que se volvieron resistentes a los insecticidas
Todos los detalles sobres las mutaciones de los mosquitos que producen Dengue y se hallan en el AMBA.
Descubrieron tres mutaciones del mosquito que produce Dengue:
Quienes habían reportado la presencia de una mutación génica en los Aedes aegypti que los volvía resistente a los insecticidas, encontraron que 5 años después no son una sino tres las mutaciones. En un contexto de muy probable epidemia de dengue en la próxima temporada estival, este preocupante hallazgo alerta sobre la eficacia de la fumigación para el control de brote.
Sheila Ons, bióloga en la Universidad Nacional de La Plata y actualmente investigadora de CONICET con lugar de trabajo en el Laboratorio de Neurobiología de Insectos, explicó: “Hacemos uso de la bioinformática, la biología molecular y la fisiología de insectos con la idea de conseguir herramientas de control de insectos con bajo impacto ambiental. Hay dos líneas centrales: la fisiología del sistema endocrino de los insectos y la detoxificación, incluida la resistencia a los insecticidas”.
“Se esperan este año muchos casos de dengue y la evidencia de resistencia en las poblaciones del mosquito vector, el Aedes aegiypti, es muy grande en nuestra Provincia. Se sabe que los insectos son muy adaptables al ambiente porque tienen mucha descendencia, que puede tener distintas mutaciones. Eso le da a las especies plasticidad para responder a las presiones cambiantes del entorno”, agregó.
Los únicos insecticidas que están habilitados por ANMAT en Argentina para uso domiciliar y sanitario son los piretroides, por su aceptable grado de toxicidad. Las mutaciones hacen que la interacción con el piretroide sea más difícil, haciendo que la dosis habitual de insecticida ya no alcance para matarlo, sino que se necesiten dosis cada vez más altas. Los piretroides actúan sobre una proteína, llamada canal de sodio, que está en el sistema nervioso de los insectos.