Roberto tiene 42 años, vive en Moreno con su familia y es colectivero de la Línea 327 que brinda un recorrido entre Paso del Rey y Morón. A principios de febrero sufrió un hecho de vandalismo que lo dejó sin poder trabajar y con serio riesgo de perder la visión de un ojo. Una persona arrojó una piedra mientras el circulaba por Barrio Matera que terminó ingresando por la ventanilla y le generó un desprendimiento de rutina.
Dramático: un colectivero de Moreno sufrió un piedrazo mientras hacía su recorrido y puede perder la visión de su ojo derecho
Un vecino de Moreno que trabaja para la Línea 327 tuvo que operarse y puede perder la visión de un ojo tras sufrir un piedrazo mientras hacía su recorrido por Barrio Matera. “Esto fue en Avenida Etcheverry antes de 25 de Mayo cuando un vándalo tiró una piedra que entró por una de las de las ventanas y me dio en la cara cerca del ojo”, contó Roberto, víctima del hecho, en charla exclusiva con Viví el Oeste.
El pedido de más condiciones de seguridad para los chóferes es una constante por la cantidad de hechos vandálicos que sufren. En este caso un hecho fortuito pudo terminar en una tragedia. “Si me pegaba en la sien el piedrazo, no la contaba. Además si perdía el conocimiento podría haber atropellado a alguien porque había más personas y otros vehículo”, reveló el colectivero.
Roberto siguió manejando por casi dos kilómetros usando un papel que tenía en su bolsillo para contener la herida. En esas situación llegó a la empresa que se ubica a un par de cuadras de la estación Kilómetro 34,5 sobre la Ruta 200. “Deje el colectivo, me baje y desde la empresa llamaron a la ambulancia”, agregó. Allí le hicieron curaciones, le pusieron un parche y lo enviaron a la Clínica Modelo de Morón.

El largo proceso de rehabilitación:
“Desprendimiento de retina”. El diagnóstico del cuadro médico fue terminante. Por esa razón Roberto permaneció más de 10 días en la Clínica con corticoides. “No se me pudo pegar la retina hasta el jueves pasado que me operaron”, describió sobre su situación actual. Incluso este fin de semana debió visitar de urgencia el centro médico por los intensos dolores que sufría en la zona herida.
El chófer vive junto a su familia en el barrio Casasco de Moreno. Desde hace 7 años es colectivero y trabaja en la Línea 327 que recorre Merlo, Padua y llega hasta Morón. Sin embargo eso ahora está en riesgo por las consecuencias del desprendimiento de retina del ojo derecho que se generó tras el piedrazo. “Dios quiera que pueda volver a ver de ese ojo porque si no voy a quedar ciego hasta que me muera”, comentó.

En esta recuperación su familia fue un pilar clave para intentar recomponer su ánimo. Roberto reveló que lo que vivió es muy triste y algo que jamás se esperaba que tuviera que vivir en su trabajo. “Además es un impacto psicológico muy fuerte para uno y para la familia porque la estamos pasando muy mal”, concluyó.