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En agosto llega la película “El Ángel” inspirada en la historia de Robledo Puch

La película llega a las salas el 9 de agosto y cuenta con las actuaciones de El Chino Darín, Peter Lanzani, Mercedes Morán y Cecilia Roth, entre otros, bajo la dirección de Luis Ortega.

Buenos Aires 1971. Carlitos es un joven de 17 años con un andar de película y rulos rubios que caen sobre su cara de niño. Desde chiquito se encariñó con lo ajeno, pero fue en la temprana adolescencia cuando (como si se tratara de una iluminación) descubrió que su vocación era ser ladrón. Cuando conoce en su nuevo colegio a Ramón, inmediatamente se siente atraído por él y decide llamar su atención. Juntos comienzan una historia de descubrimiento, amor y crimen. Matar se vuelve una consecuencia, un eslabón de una cadena irrefrenable hasta que Carlitos es atrapado por la policía. Por su aspecto angelical, la prensa lo apoda “El Ángel de la Muerte”. Rápidamente se transforma en una estrella mediática que llama la atención de todos por su belleza. Se le adjudican más de cuarenta robos y once asesinatos. Hoy, con más de 45 años en la cárcel, Carlos Robledo Puch es el preso más antiguo de la historia penal argentina.

 

FV JULIO EPU
LA PERLA LARGO
  1. El vuelo de El Ángel  (por Rodolfo Palacios, co-guionista)

 

Luis Ortega se inspiró libremente en la historia de Carlos Eduardo Robledo Puch, llamado ángel negro, ladrón que entre 1971 y 1972 mató a once personas por la espalda o mientras dormían. Como si la muerte fuera una abstracción para él.

 

Los crímenes de Robledo fueron en una época positivista: por las teorías lombrosianas se consideraba que la fealdad era un motivo para delinquir (se hablaba de delincuentes natos, de ojos desorbitados, de tez oscura, nariz aguileña, frente ancha, dientes deformes). Robledo rompió el molde. Su clase social, su familia bien constituida, su apariencia, fueron su mejor disfraz para cometer delitos, pero lo que más confundió a todos fue su belleza.

 

En esa ebullición fascinante, Ortega construyó desde la ficción un “Carlitos” muy alejado del “Robledo monstruo”. Vemos un personaje que actúa misteriosamente, casi sin saber lo que hace.

 

La prensa lo llamó “el chacal” o el monstruo con cara aniñada. Por entonces, tenía cara angelical, rulos colorados y una extraña belleza: un agente de la policía dijo que era la versión masculina de Marilyn Monroe.

 

  1. Definiciones de El Ángel, según Luis Ortega

 

La necesidad

Desde muy chico sentí una atracción inexplicable por la delincuencia. Muchos personajes de películas foguearon esta fascinación y en gran parte me impactaban desde lo estético, pero de raíz correspondía a una demanda física de adrenalina, algo que venía conmigo y no controlaba. Eso me identificaba con ellos.

Cuando fui adolescente y pude estar ahí físicamente, la hiperrealidad de la violencia me resultó insoportable. Por eso al encarar la historia de un asesino decidí que no fuera violenta, y que empezara con el robo como un acto bello, como una ofrenda al espectador.

 

El crimen como un derecho natural 

Cuando estás creciendo todo es una imposición.  Por eso el delito se naturaliza como una extensión del deseo de libertad.  Una especie de derecho natural. A veces no tiene que ver con la necesidad, ni con hacer el mal, sino con sentirse vivoY la manera mas rápida de hacerlo es ponerse en la línea de fuego. Puede ser que un chico actúe motivado por algo que sólo para él es evidente: como la certeza de que Dios lo está observando de cerca, o de que el mundo es algo apócrifo y que lo correcto es violentarlo.

 

Ni siquiera la muerte es real

Carlitos actúa como una estrella de cine. Como si creyera que lo están filmando. Quiere impresionar a Dios, llamar su atención. Percibe que todo es una puesta en escena, que ni siquiera la muerte es real. Camina como él imagina que camina una leyenda, roba como un bailarín y desprecia  la  naturaleza por una sospecha prematura de que todo destino es una emboscada.

 

Espía de Dios

Es muy atractivo seguir a un personaje que se siente un espía de Dios, es fascinante verlo actuar, porque lo hace para un orden superior. Tiene la vara muy alta con respecto a quién hay que impresionar. O sea, está esperando a Godot con una pistola. Está actuando a fondo por las dudas. Porque piensa que al final todo puede ser una película.

 

Falso psicópata

Carlitos siente que la naturaleza es una maquinaria sin piedad, por lo que toma distancia de ella. La ve como un artificio amenazante. Decide no reaccionar como se espera que reaccione un ser humano: desconfía de la legitimidad de aquello que puede producir una emoción (como la muerte de una persona, por ejemplo). Rechaza deliberadamente la emoción automática, como si lo previsible fuera un algo de lo que uno se puede deshacer. Eso lo hace tener un comportamiento de psicópata sin ser un psicópata.

 

Identidad

Cometer un crimen te puede decir, rápidamente, quién sos. En un mundo donde casi nadie sabe quién es, el crimen da una identidad. Por eso es tan tentador para las almas perdidas.

 

Sobre Luis Ortega

Luis Ortega nació en Buenos Aires en 1980.

 

En 1999, con 19 años, dirige su opera prima Caja Negra, que formó parte de la competencia internacional del Festival de Cine de Mar del Plata, obteniendo el premio especial del jurado. En 2005 participa del Festival de San Sebastián dentro de la sección Horizontes Latinos, con su segunda película Monobloc. En 2011 dirige Dromómanos, con la que obtuvo el premio a Mejor Director en el marco del Festival de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI). En 2014 dirige Lulú protagonizada por Nahuel Pérez Biscayart y Ailín Salas.

En el año 2015 incursiona en la televisión escribiendo y dirigiendo Historia De Un Clan, serie de 11 capítulos con la que obtuvo enorme repercusión de crítica y audiencia. En 2016, asume la dirección de los primeros dos capítulos de la serie El Marginal.