El 24 de junio de 1911 se dio el nacimiento de uno de los escritores más prolíficos en la historia de la República Argentina, quien además se convirtió en un hijo adoptivo del Oeste y uno de sus representantes predilectos: Ernesto Sábato, quien hoy estaría cumpliendo 114 años.
Ernesto Sábato cumpliría 114 años: por qué Santos Lugares fue su lugar en el mundo
El escritor nació en el interior bonaerense, pero cuando tenía 34 decidió mudarse al Oeste y desde ese momento jamás lo dejó hasta su fallecimiento en 2011.
Pese a ser oriundo del interior bonaerense, en 1945 se mudó con su esposa Matilde Kusminsky Richter a la localidad de Santos Lugares, al noreste del partido de Tres de Febrero, y vivió en una humilde casa construida en la década de 1920 hasta el momento de su fallecimiento, el 30 de abril de 2011.
Situada sobre la calle Severino Langeri (hoy renombrada a Ernesto Sábato) al 3.135 y entre Roberto Lage y Beazley, esta vivienda se transformó en el lugar en el mundo del artista porque allí fue donde escribió prácticamente toda su obra luego de trabajar como investigador de ciencias físicas y matemáticas.
Poco tiempo después de su muerte, sus nietos decidieron transformarla en un museo que realiza visitas guiadas de aproximadamente dos horas con entrada gratuita a partir de 2014. Quienes deseen concurrir, deben comunicarse al número de WhatsApp 15-6167-7626 y reservar su lugar, ya que el aforo es limitado.
El legado de Ernesto Sábato
El trabajo narrativo que elaboró a lo largo de su trayectoria consistió en las novelas "El túnel", "Sobre héroes y tumbas" y "Abaddón el exterminador" y los ensayos "Uno y el Universo", "Hombres y engranajes", "El escritor y sus fantasmas" y "Apologías y rechazos". Esta última lo llevó a ser el segundo argentino que ganó el Premio Miguel de Cervantes (1984) tras Jorge Luis Borges en 1980.
Además de su destacado papel literario, el autor tuvo una activa vida política que lo vio ser presidente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) y publicar el informe popularmente conocido como "Nunca más", donde plasmó un rastreo de víctimas del terrorismo de estado que abrió las puertas para el juicio a las juntas en 1985.