Desde el día que se decretó la cuarentena, el 19 de marzo, los supermercadistas debieron seguir asistiendo igual a sus trabajos. De inmediato, los casos de empleados contagiados comenzaron a crecer y se encendió una alarma que reflejaba una situación que data de mucho tiempo: la vulnerabilidad del sector.
Esenciales: El día a día de un trabajador de supermercado. “La pandemia nos expone de muchas maneras”
Joaquín Santucho es delegado de SEOCA en el Easy de Moreno, ubicado en Grahambel y Colectora. Tanto su sucursal como las de La Tablada, Ituzaingó, Moreno, San Justo y Morón decidieron “apegarnos lo más que se pueda al protocolo de la provincia de Buenos Aires. Al día de hoy lo tenemos cubierto, pero después de 5 meses y medio de estar funcionando”.
“Nosotros como delegados conseguimos todo lo que conseguimos porque contamos con el apoyo del gremio en cada una de las acciones que realizamos. Sino muy difícil que las empresas accedan a nuestros reclamos” destacó.
El trabajador lamenta que al principio “costó” porque “las empresas no tomaron el covid como una cuestión preventiva, sino que actúan por las consecuencias. Hoy podemos decir que tenemos como partes fundamentales controlados el ingreso de clientes, la toma de temperatura y limpieza de manos”.

Como parte de las nuevas medidas, los supermercados implementaron los acrílicos en los cajeros lo que “facilita el manejo de la distancia, también pusimos acrílicos en otros lugares públicos, barbijo, antiparras, máscaras y logramos que la empresa genere la sanitización de cada lugar de trabajo entre 34 y 5 veces al día dependiendo de la circulación”.
Consultado sobre los ingresos de los clientes a los comercios, y las situaciones que se viven a diario, Joaquin aclara que el principal problema no es encontrarse con, por ejemplo, temperaturas altas, sino “el barbijo”.
“Notamos que hay un relajo hace más o menos un mes, mes y medio en el público en general. Utilizan mal el barbijo, insisten en entrar a comprar en grupo familiar. Hoy el empleado de comercio es multifunción. No se dedica a una sola actividad. La pandemia nos expone de muchas maneras, estamos descubriendo constantemente cosas nuevas para tener en cuenta” explica.
En este sentido hace hincapié en que la “nueva normalidad” ya llegó y consiste en la utilización de elementos de protección, higiene personal, el barbijo, el distanciamiento y el lavado de manos constante.
En el caso del Easy de Moreno, son numerosos los trabajadores licenciados, no por contagios, sino por representar a grupos de riesgos, lo que reduce la dotación de personal.
“Hoy no podemos hablar de post pandemia hasta que todos estemos vacunados o la gran mayoría esté contagiada. Hay que evitar la circulación dentro de nuestros establecimientos. Vos te podés contagiar en cualquier lugar y cualquier momento, pero con nuestras medidas la idea es evitar la circulación por lo menos dentro del local” explicó.
Respecto a cómo cambió su día a día, el trabajador explica que tuvieron en cuenta que “los principales puntos de foco son los lugares de uso común… vestuario baños , donde el trabajador se relaja. No tenemos que bajar la guardia. Redujimos la cantidad de gente que va a almorzar o merendar, van por tandas y las mesas tienen acrílicos, en diagonal y separados”.
“La verdad es que es triste, acostumbrados a un momento de distracción, de compartir con compañeros, hoy no es así, pero los compañeros entienden la situación. Hoy la responsabilidad individual de cada uno protege a la familia” continúa.
En su caso, al llegar a su hogar, explica: “Voy primero al lavadero, me saco la ropa me higienizo y recién después de bañarme voy con mi familia”.
“Tenemos compañeros que viajan en transporte público y nuestras medidas están diseñadas pensando en eso, pero es importante que el desempeño del trabajador sienta la pertenencia a esta norma” alerta.
Joaquín considera que los empleados de comercios no están siendo reconocidos como corresponde y señala: ”Esta pandemia nos enseñó mucho y sobre todo que hay ganadores y perdedores en esta pandemia. Estamos pidiendo la reapertura de la paritaria y creo que de una manera muy justa, la re apertura por rama. Nosotros somos trabajadores esenciales, exponiéndose desde marzo, cumpliendo con nuestro deber”.
“Las empresas que están abiertas desde este momento no sienten el impacto económico. Están facturando a los niveles que previene facturar el año pasado. En muchos casos los niveles se dispararon. Deberíamos tener reconocimiento en nuestro salario. Nosotros tenemos básicos en $37 mil pesos, que no llegan a cubrir la línea de la pobreza que está en $44 mil. Eso es producto del desfasaje que hay” denuncia.
Además, continuando con la realidad de las grandes empresas, advierte que “la pandemia les permite flexibilizar las condiciones de trabajo, porque los trabajadores hacen más de lo que deberían. Si se contagia un compañero, se reduce la adaptación y el esfuerzo recae en los demás. Se debería premiar o reconocer, porque tienen la capacidad para hacerlo”.
Por último, Joaquín se tomó un minuto para agradecer el esfuerzo que hacen los trabajadores y el compromiso de SEOCA. “Los trabajadores ponen todo. Se exponen a ellos y a su familia. Los compañeros tienen mucha responsabilidad, actúan en consecuencia para mantener las normas de prevención sanitarias y estamos sufriendo la no apertura de paritarias, eso es algo que hay que hacer valer” finalizó.