Una de las principales razones del nombre de la estación Teniente Agneta del Tren Urquiza ubicada en el municipio de San Miguel responde a un histórico acontecimiento que tuvo lugar un día como hoy, pero de 1913, en el Oeste y más precisamente en la localidad de El Palomar, al norte del partido de Morón.
No es solo una estación: a 112 años del récord militar de altura de Alfredo Agneta
Esta marca fue conseguida en El Palomar el 25 de junio de 1913 por el teniente al que actualmente se lo homenajea con la parada ferroviaria de San Miguel.
Tal denominación hace referencia a Alfredo Salvador Agneta, el tercer oficial del Ejército Argentino que se hizo con el título de piloto civil en la incipiente Escuela de Aviación Militar (EAM) y que recibió clases del mismísimo Jorge Newbery antes de obtener ese diploma, a sabiendas de que en ese momento todavía no existía la Fuerza Aérea (FAA).
Las crónicas de la época hablaban de su habilidad para pilotear como "una verdadera proeza", ya que por aquellos días no existía la comunicación por radio y la meteorología no tenía el suficiente avance como para predecir cambios del tiempo, sumado al hecho de que las aeronaves de principios del siglo XX eran sumamente frágiles.
Al poco tiempo de recibirse, el ambicioso soldado cordobés de 26 años se propuso quedar en la historia de un rubro que se encontraba en auge pese a que había nacido muy poco tiempo atrás. Incluso, unos meses antes se convirtió en el primer argentino en unir Buenos Aires con Rosario en un vuelo directo.
La marca conseguida en El Palomar
En la fría mañana del 25 de junio de 1913, Agneta logró algo que nadie alcanzó antes: volar a 2.500 metros encima del nivel del suelo, lo que le adjudicó el récord militar de altura.
Esa marca la consiguió con un monoplano que tenía una envergadura de 7, 81 metros (más 705 centímetros de largo), un motor de tres cilindros de la marca francesa-italiana "Anzani", cuya capacidad era de 25 caballos de fuerza y una superficie alar de 14 m2.