Dos salones de máquinas, dos piletas, un sauna y un amplio espacio verde. El Gimnasio Demalde es un lugar histórico en Haedo y por sus facilidades e infraestructura era muy elegido para los vecinos del barrio. Sin embargo hace menos de 45 días, desde el lugar anunciaron el cierre tras más de 64 años trabajando. "No nos pudimos recuperar por la pandemia porque el negocio estuvo cerrado 10 meses y pagábamos las facturas de gas, agua y luz como si estuviéramos en plena actividad", contó Marcelo, encargado del lugar, en diálogo con Viví el Oeste.
Haedo: conocé la historia del Gimnasio Demalde
Este histórico lugar llevaba más de 64 años en Haedo con trabajos de rehabilitación para pacientes pero debió cerrar sus puertas por la pandemia.
El Gimnasio Demalde nació como una opción para vecinos que necesitarán realizar una rehabilitación por lesión o enfermedad. Sus dos piletas climatizadas eran muy utilizadas para el tratamiento de pacientes con asma. "Al mover gran cantidad de masas de agua, se expanede el pulmón y así trabajamos con la gente. Nuestro fuerte siempre fue la rehabilitación", relató Marcelo. Las dos piletas incluso tienen un sofisticado engranaje que permitía que los nadadores no sufrieran el frío a pesar de ser descubierta por el calor que se generaba con las calderas y el vapor del agua.
Por todas estas facilidades, el gimnasio era muy concurrido por los vecinos de Haedo quienes también se decantaban por las modernas máquinas que tenía. Sin embargo, a pesar de su fuerte presencia en el barrio, no pudieron sortear los obstáculos provocados por la pandemia a lo largo de este año y medio. Marcelo relató que mientras la actividad y los ingresos cayeron a cero, las tarifas de gas, agua, luz y otras cuentas se mantenían como si hubieran seguido abiertos por lo que se les hizo imposible sostener el ritmo.
"Una de las cosas que nos prohibieron fue el uso de vestuarios y mucha gente que venía a nuestro gimnasio lo hacia en su horario de break de trabajo. Además tuvimos muchos gastos para comprar todos los elementos como alfombras sanitizantes y alcohol en gel”, reveló el encargado del Gimnasio Demalde. En ese sentido, también aseguró que el boom de la actividad física en las plazas fue otra de las razones que generó complicaciones en los gimnasios del Oeste y de todo el país.
Además este espacio era un lugar seguro para que los chicos pudieran aprendar a nadar en una de sus dos piletas. Los vecinos llevaban a sus hijos y desde el Gimnasio trabajan con mucha responsabilidad en la enseñanza. Allí podían asistir nenes mayores a dos años, ya que a esa edad comienzan a comprender la noción de peligro, y todos los avances que realizaban eran supervisados por los profesores y las propias familias. "Si un chico no estaba para estar en la pileta, nosotros se lo decíamos a los padres", afirmó Marcelo.
El futuro tras la pandemia es incierto para ellos. El anuncio de cierre a finales de septiembre generó gran nostalgia en el barrio pero en Demaldé aún no determinaron los pasos a seguir. Por lo pronto las únicas obras que se hicieron transformar las entradas para hacer portones de garage aunque Marcelo prefirió hablar de "puntos suspensivos" al ser consultado sobre una posible continuidad. “Las instalaciones están pero necesitamos un proyecto a nivel país. Yo puedo poner toda la buena voluntad y tener los mejores profesores pero si no hay un proyecto de país, no puedo hacer nada", concluyó.