El descubrimiento del pasado 15 de abril (durante unas obras de AySA) de unos troncos ocultos debajo del pavimento en la esquina de las calles Juan B. Justo y Llavallol, muy cerca del centro de la localidad de Haedo, al oeste del partido de Morón, que generó una gran curiosidad debido a su alto valor arqueológico.
Esto se debe a que esos pedazos de madera pertenecían a los antiguos árboles que antes decoraban el paisaje de las lagunas de la ciudad, que también llegaban hasta el actual territorio de El Palomar y fueron cubiertas para poder avanzar con el proceso de urbanización.
Es por eso que un consejo de vecinos le exigió al Municipio que interceda para que no se pierdan estos históricos objetos y se busque la manera de que sean preservados y estudiados, iniciativa que finalmente se cumplió, ya que la Unidad de Gestión Comunitaria (UGC) número 2 los trasladó a un espacio seguro para cuidarlos.
Según el Instituto y Archivo Histórico Municipal, el radio comprendido por las actuales arterias Carlos Tejedor, Segunda Rivadavia, Doctor Luis Güemes, Capitán Claudio Rosales, Presidente Santiago Derqui, Iguazú y Juan B. Justo fue conocido como “El Fogonazo”, donde había extensas quintas de verduras, flores y frutales.
A su vez, tenía una laguna en la que los carros lecheros paraban para que los caballos tomaran agua y en donde también se practicaba remo e incluso había una lancha con motor para realizar paseos. La foto que ilustra esta nota muestra a "Bengurria", otro de los cuerpos líquidos que estaba situado en lo que hoy sería el área de la intersección entre Congreso y Juan B. Justo.
Este último tenía una isla central y se utilizaba para la crianza de patos, aunque el señor Austín Raux solía alquilar botes para los vecinos. Hace algunas décadas, fue rellenada con árboles de eucalipto y las tierras loteadas.