En la Base Antártica San Martín, a casi 5.000 kilómetros de su hogar en Hurlingham, Rodrigo De Iuliis rindió su último examen de la carrera Ingeniería de Telecomunicaciones y celebró su graduación con un chapuzón en las aguas heladas del Mar Glacial Antártico, a -1,5°C.
El primer argentino en recibirse en la Antártida es de Hurlingham: su festejó en aguas heladas
Rodrigo De Iuliis tiene 27 años, y mientras trabajaba en la base San Martín rindió su última materia y se egresó de ingeniero de Telecomunicaciones.
Rodrigo ingresó a la UNSAM (Universidad Nacional de San Martín) en 2017 para estudiar Ingeniería en Telecomunicaciones. Tras ocho años de estudio, el pasado viernes presentó su tesis, un trabajo que busca modernizar las telecomunicaciones en una de las 13 bases que Argentina administra en la Antártida.
Vestido con una camiseta de su universidad, frente a la computadora recibió la aprobación del jurado evaluador, a miles de kilómetros de distancia. En ese momento, se escuchó la ovación de un grupo de compañeros del (IAA) Instituto Antártico Argentino.
Tal fue la emoción que sin dudarlo, se quedó en short y corrió al mar helado para realizar su bautismo antártico como ingeniero.
El camino del vecino de Hurlingham hasta su graduación
Rodrigo llegó a la Base San Martín en marzo de 2024, pero su recorrido comenzó meses antes, cuando en redes sociales lanzaron una convocatoria del IAA de técnicos especializados en telecomunicaciones para trabajar en el continente blanco.
En un podcast, el joven contó: "A mediados de 2023, vi una propuesta por las redes de la facultad donde buscaban personal para ir a la Antártida. Dije ‘A ver esto, a ver de qué se trata trabajar allá’, y cuando empecé a leer la propuesta laboral sentía dentro mío que me estaba describiendo a mí, que buscaban a una persona con mis cualidades. Cada vez que leía más y más, coincidía más con mi persona".
"Buscaban técnicos informáticos o electrónicos con orientación a telecomunicaciones, entre 22 y 45 años, con experiencia en reparación de equipos. Estaba la posibilidad de ir sin necesidad de renunciar a mi trabajo actual", siguió su relato en aquel momento.
En junio de 2024, Rodrigo se enteró que su mamá había fallecido y desde la Antártida expresó: "Vos nunca quisiste frenar mis sueños. Ahora, mucho menos voy a frenar", y así fue como el vecino de Hurlingham superó adversidades y se convirtió en el primer argentino en recibirse en el continente blanco.