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Hurlingham: homenaje para Nadia Celeste Mariné

A Nadia la mataron en Hurlingham hace 20 años y el caso sigue impune. "Estamos resignados a la justicia divina", dice su hermano. Mañana le harán un homenaje.

El 10 de noviembre de 2002, un vecino de Hurlingham encontró a una chica tirada en la calle Plumerillos al 2.100 del barrio Villa Club. Se trataba de Nadia Celeste Mariné, de 19 años y que estaba a cinco días de cumplir 20. Su padre la agarró y se le llenaron las manos de sangre. Dos décadas después, el asesino sigue sin ser encontrado.

Mañana martes a las 18 horas, cuando la joven cumpliría 40, le harán un homenaje en el Espacio de la Memoria frente a la estación del Tren San Martín. "A esta altura, nosotros ya estamos resignados a la justicia divina. Como no la encontramos en los hombres que la manejan acá, nos entregamos a las manos de Dios", sentenció Hernán, su hermano.

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La cuadra de Hurlingham donde encontraron a Nadia.

La cuadra de Hurlingham donde encontraron a Nadia.

En una entrevista exclusiva con Viví el Oeste, él contó todo el dolor que atravesó la familia de Nadia y los detalles del femicidio que al día de hoy continúa impune. Incluso, reveló que al principal sospechoso lo enterraron en el mismo cementerio que a su hermana. La poca ayuda que recibió desde la política, por qué el caso no se mediatizó y qué hicieron para procesar una pérdida tan dolorosa.

FV JULIO EPU
LA PERLA LARGO

- ¿Qué fue lo que pasó esa noche?

La asesinan a Nadia en Granaderos y Plumerillos a las 2:30 de la mañana. Le vienen a avisar a mi viejo que Nadia estaba tirada y él se acercó pensando que se había emborrachado, cosa que no era común en ella. Había ido a ver unas películas con una amiga. Estaba a 5 días de cumplir 20. Cuando la agarra, se le llenan las manos de sangre y ve todo manchado el piso, por lo que la cargan en un remis y la llevan al hospitalito (NdR: el San Bernardino), donde vieron que tenía 5 puñaladas de un arma blanca grande. Según los médicos, hubo mucha saña y lo hizo alguien que sabía manejar un cuchillo, lo que da la pauta de que pudo haber sido un carnicero o un gaucho. Hubo repercusiones en esa época porque unos cuatro correntinos que vivían en el barrio iban zarpándose con las chicas, mostrando sus cuchillos, tomando cervezas en los kioscos y armando quilombo. Ellos fueron los primeros sospechosos y cuando se enteraron de eso empezaron a fugarse al interior del país. A lo largo de los años, gracias a los investigadores, los fiscales y los abogados pudimos hacer 5 0 6 ADN´s porque le encontraron en las uñas a Nadia restos de piel. Cotejaron las pruebas y nunca dio positivo el resultado. Al único que no se le hizo esa prueba era a uno de los correntinos que se había fugado y al par de años nos enteramos que se cayó de un árbol, le agarró un cáncer de páncreas y murió. Está enterrado en el mismo cementerio que mi hermana. El tema es que nunca encontramos al asesino. Pasaron 5 años y a la causa la querían cerrar, pero mi viejo siempre estuvo muy presente y evitó que eso pase. Sin embargo, en 2017 se cerró definitivamente porque, pese a las investigaciones, nunca encontraron nada. Más allá del dolor por la pérdida de Nadia, quedó ese agujero enorme de no haber encontrado al culpable. Hay gente que pierde a un familiar de una manera tan brutal y capaz que encontrar al culpable no sé si da un alivio, pero un poco de paz sí, algo que nosotros nunca tuvimos y debimos buscar por otro lado.

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- ¿Nunca te dijeron que existía la posibilidad de reabrir la causa?

La verdad que no. Tengo abogados amigos que me proponen recursar al fiscal u otras cosas. Estamos viendo y pensando que hacemos. Lo vamos a analizar un poco. En estos días que estamos sobre la fecha del crimen, nos cuidamos mucho entre nosotros. El jueves (10 de noviembre, 20° aniversario del hecho) yo estuve con mi viejo y vimos una película de Jesús para estar tranquilos con mi mamá, además de hablar por teléfono con mi hermana mayor. Éramos tres hermanos: Griselda la mayor, yo (Hernán) en el medio y Nadia la más chiquita.

- Me dijo tu mamá Noemí que son muy creyentes en tu familia.

Sí, de toda la vida. Pero después del crimen estuvimos un par de años alejados. Mi mamá siempre estuvo firme. Cada día de nuestras vidas está acompañada de la palabra de la Biblia y de Jesús. Vamos mucho a la iglesia. Todos nosotros pasamos por etapas de psicólogos y de grupos especiales que tratan a gente que perdió a un ser querido, o contención para padres que pierden a un hijo. Cada uno lo procesó a su manera y en distinto tiempo.

- ¿Cómo lo hiciste vos?

Yo me refugié mucho en la música. Me costó volver a usar la guitarra y componer porque yo toco desde chiquito. Es mi pasión. También hubo mucha terapia e iglesia cristiana. A mí me cayó la ficha bastante después, ya que los primeros tres meses estuve llorando sin parar, pero traté de escapar del drama porque podés tomar una decisión que puede ser querer apagar el fuego con nafta. Traté de salvaguardarme un poco la cabeza evitando todo el drama y la tragedia, aunque a los cinco, seis, siete años tuve bajones grosos y muy jodidos.

- Leí una frase de tu mamá que decía que ya había perdido las esperanzas de encontrar al asesino. ¿A vos te pasa lo mismo?

Yo creo que a esta altura a nosotros ya estamos resignados a la justicia divina. Como no la encontramos en el mundo y en los hombres que la manejan acá en la Tierra, nos entregamos a las manos de Dios. Somos gente fuerte y que va para adelante. Continuamos con nuestras vidas. A vos te pasa algo así y en algún momento vas a tener que volver al trabajo, al estudio y a todo lo que hacías antes. Como podés, a los ponchazos. Hay estudios que dicen que nunca volverás a ser el mismo y que la cabeza te hace un cortocircuito groso. Que ya no funcionas igual que antes.

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De izquierda a derecha: Nadia, Hernan y Griselda Mariné.

De izquierda a derecha: Nadia, Hernan y Griselda Mariné.

- ¿Cómo se sienten como familia en estos últimos años?

Súper unidos. Tenemos un grupo de WhatsApp donde hablamos todos los días, nos vemos muy seguido y tenemos llamadas recurrentemente. Mi hermana mayor tiene tres hijos y tratamos de que mis papás estén mucho con sus nietos. Yo tengo un hijo de 7 años y estamos mucho en su vida.

- ¿Crees que hubo negligencia a la hora de investigar el caso?

En su momento, creo que era Acuña el intendente (de Hurlingham). Quisimos ir a los medios, pero desde la política nos insistieron en que no lo hagamos porque iba a entorpecer la investigación. Tenía 22 años en esa época y ahora tengo 43. No estaba muy al tanto de cómo era el manejo del sistema y confiamos en ellos, por lo que no hicimos mucho ruido. Creo que ese fue un error. Con la cabeza que tengo hoy, hubiésemos acudido a todo programa de televisión, radio y diario habido y por haber para que realmente se sepa, se investigue y se muevan los que se tienen que mover. Yo lo fui a ver a Acuña a su despacho en el Municipio y el tipo me dio una palmadita en la espalda, un “lo siento mucho” y listo. Uno va a pedir ayuda porque no sabe qué puerta golpear. Todos tenemos nuestros contactos. Por ejemplo, yo soy muy amigo de Cristina Caamaño (exinterventora de la AFI), que nos dio una muy buena mano, pero nunca encontraron nada. Fue el crimen perfecto. A esta altura, ya estamos para un homenaje, recordarla y seguir con nuestras vidas como podemos. Trabajamos en la aceptación y el perdón porque si no te tenés que pegar un tiro.

- Con los amigos de Nadia, ¿siguieron en contacto?

Uno de los amigos de mi hermana es dueño de la iglesia donde canto los domingos. Con las amigas íntimas a veces nos cruzamos por la calle y les pedimos fotos porque siempre hay alguna que nosotros no tenemos y que ellos nos acercaban. Era una chica querida, pura luz. Siempre simpática, que tiraba para adelante y te daba consejos cuando estabas mal o bien. Tenía mucha chispa. Como hermanos éramos muy cercanos: nos peleábamos y a los 2 segundos nos perdonábamos todo.

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La plaza de Hurlingham donde se rendirá homenaje a Nadia en su cumpleaños número 40.

La plaza de Hurlingham donde se rendirá homenaje a Nadia en su cumpleaños número 40.

- ¿Por qué creés que le hicieron lo que le hicieron?

En Argentina matan a una chica cada 17 horas. A partir de lo que le pasó a Nadia, estuve en contacto con mucha gente del movimiento Ni Una Menos y me comprometí con esa causa. El motivo exacto no lo sé. Quizás fue alguien que ella le dijo que no o esa noche la quisieron robar o violar, o que le había roto el corazón. La verdad no lo sé. Era una chica muy linda y hermosa. No tengo la menor idea. Puede que haya sido por envidia, alguna infidelidad.

- ¿Te arrepentís de no haber llevado el caso a los medios?

Sí. Yo en esa época vivía en Capital con amigos. Ese día, Griselda me llama y me pregunta donde estaba para que me pase a buscar. Nos encontramos en Santa Fe y Pueyrredón, me abraza y me dice que mataron a Nadia. Ahí me subieron al auto, nos vinimos y todo era un llanto descomunal acá en casa de mis viejos. Creo que si le hubiésemos dado más visibilidad mediática, tendríamos más posibilidades de agarrar al asesino en caliente. Nunca vinieron de ningún medio en ese momento a buscarnos.

En el evento para recordar a Nadia Celeste Mariné se soltarán globos, su familia dirá algunas palabras y Hernán cantará algunas canciones que le dedicó. Para cerrar, una descripción que Noemí, la madre de la víctima, le dio a este medio sobre su querida hija: "Ella era una chica feliz, transparente, amable, buena. Amaba a los niños y si te veía mal, te decía '¿Qué te pasa?' y te abrazaba. Siempre se reía y era como la alegría de la casa. Tenía una chispita especial y carecía de maldad. También era demasiado linda, y a veces pareciera que existe gente que eso le molesta. Creo que el mundo es así de injusto. Nadia abría la puerta y gritaba: '¡Llegó la alegría a la casa!'. Cuando teníamos nuestras peleas, nos reconciliábamos con un tecito en la cama o compartiendo una comida. Notaba una cara medio larga en mí y enseguida ponía la mesa, con flores y velitas. Le gustaba hacer amigos y era muy confiada, algo que no es bueno ser acá".