Jonathan Montans vive en Moreno actualmente aunque su vida siempre giró en torno a su barrio en Merlo Norte. A los 14 años le detectaron un tumor en la pierna que obligó a los médicos a amputársela. Más de una década después conoció el fútbol de amputados y cumplió el sueño de representar a Argentina en mundiales. Pero la vida le tenía preparada una nueva prueba: a principios de 2020 le detectaron un cáncer de vejiga pero él volvió a recuperarse y hace una semana volvió a ser citado para la Selección.
Conocé a Jonathan Montans: el vecino de Merlo que superó dos veces al cáncer y representa al país en fútbol adaptado
Una historia de lucha, superación ante cualquier adversidad y amor al fútbol por sobre todas las cosas. Jonathan Fabian Montans soñaba con ser futbolista profesional pero a los 14 años le detectaron un tumor en la pierna que frenó en seco su carrera. “Yo tenía el pase en mi poder y tenía arreglado con San Lorenzo para que me fichen pero tuve que aceptar que iba a perder la pierna por el tumor”, reveló en charla con Viví el Oeste.
Esa primera operación ocurrió en el año 1996 y durante un lustro entrenó natación e incluso representó a Merlo en los Juegos Bonaerenses. Jonathan reveló que al fútbol amputado lo conoció tarde, más de una década después de su operación. “Siempre jugué al fútbol con mis amigos del barrio que me trataron como uno más. Pensé que era el único que jugaba al fútbol con una pierna y descubrí un mundo nuevo que me permitió llegar a la Selección”, comentó el futbolista.
Cuatro mundiales, entre los que se destacan una medalla de Plata en el que se realizó en Argentina 2010 y otros títulos como la Copa Panamericana de Rosario 2018 completan su CV en el deporte. Sin m embargo el 2020 le tenía preparada otra prueba importante en su vida. A principios de año, coincidente con el inicio de la pandemia, los médicos le detectaron cáncer en la vejiga.
“Cuando me lo diagnosticaron me dijeron que me olvide del fútbol porque la operación iba a ser muy complicada pero salió todo bien y tras el tratamiento, pude volver a hacer actividad física”, detalló Montans. El bajó 20 kilos tras la operación pero la quimioterapia no le hizo mal. Además pudo recuperar su peso en un mes sin perder pelo ni tener vómitos u otras consecuencias del tratamiento.
El apoyo de su familia: un pilar fundamental en la lucha
A los 14 años Jonathan sufrió la amputación de su pierna que frustró su sueño de llegar a ser futbolista profesional. A los 37 la historia tuvo matices similares y el cáncer de vejiga casi lo retira del fútbol amputado aunque pudo salir adelante. En estos dos momentos bisagras de su vida recibió el apoyo de sus padres, hermanos, pareja y su círculo más cercano. “Mi familia es todo y fueron fundamentales en mis recuperaciones”, comentó.
De joven sus hermanos se pusieron al hombro la casa para que él pudiera transitar lo mejor posible la recuperación. El año pasado fue su mujer quien lo sostuvo. “La palabra cáncer es muy fuerte pero va en uno lo que quiere hacer y en ningún momento pensé en rendirme porque me quería operar lo más rápido posible”, agregó Montans. La recuperación del 2020 estuvo marcada por un contexto de pandemia dónde él tuvo que extremar los cuidados al ser paciente de riesgo.
De pensar en dejar el fútbol a representar al país en cuatro mundiales
“Cuando represento a la Selección se me cruza todo lo que luché para llegar a ese momento. Vos estás defendiendo a 40 millones de personas y para mí es un sueño cumplido”, reveló el futbolista. En 2008, tras más de una década alejado del futbol competitivo, conoció la modalidad adaptada y su nivel le permitió llegar rápidamente a la Selección Argentina.
Su primer mundial tuvo todos los condimentos que lo volvieron inolvidables: se realizó en Crespo, Entre Ríos por lo que Argentina era local. Además se consiguió la mejor ubicación histórica al llegar a la final dónde la Selección perdió con Uzbekistán. “Ese Mundial está catalogado como el mejor de la historia del fútbol adaptado por la multitud de público que lo siguió”, comentó. La final fue un evento único donde más de 20 mil compatriotas se acercaron a alentar. “Soñé toda la vida jugar una final con ese ambiente y lo pude lograr”.
Luego de ese evento vendrían mundiales en Rusia 2012 y México 2014 dónde Argentina logró grandes actuaciones. En 2018 el equipo llegaba en un gran momento pero factores externos afectaron a los jugadores en la previa del viaje a México. Jonathan echó luz sobre la situación: “Ganamos la Copa Panamericana en Rosario y el organizador nos prometió que si lográbamos el título, nos daba los pasajes a México para el Mundial pero días antes nos avisaron que no estaban y se nos vino el mundo abajo”.
La AFA acudió al rescate del grupo ya que si no se presentaban podían sufrir una multa y una suspensión por dos torneos. Ante la falta de tiempo, la Asociación sólo pudo pagar 10 de los 20 pasajes y el resto corrió a cuenta de los jugadores. “Muchos perdimos el foco porque sabíamos que al volver al país teníamos que pagar una deuda e U$S 1000 por los pasajes”, comentó Montans sobre el torneo en el que quedaron eliminados en octavos de final.
Una historia de superación de Merlo al mundo
El fútbol adaptado se juega con seis jugadores de campo y un arquero en una cancha que mide en promedio 70 x 35 metros. Los jugadores de campo están amputados de un miembro inferior mientras que el portero de uno superior. “La regla más distintiva es que el arquero no puede salir del área porque corriendo con dos piernas sacaría mucha ventaja”, explicó Jonathan. El partido se juega en dos tiempos de 25 minutos cada uno, con cambios ilimitados y los jugadores no pueden tocar la pelota con el bastón.
Montans juega al fútbol desde que tiene memoria. Siendo infantil pasó por las inferiores de Argentinos de Merlo así como de Boca Juniors. Incluso en el momento de su pase se estaba hablando de un pase a San Lorenzo. “Con las dos piernas no sé si hubiera llegado a jugar profesionalmente pero sí puedo decirte que represente a la Argentina en un mundial de fútbol amputado”.
Merlo es la ciudad de su corazón a pesar de que ahora viva en Moreno. La ayuda a Jonathan estuvo desde el día 1: “El Municipio siempre me ha ayudado en mi carrera deportiva porque también estuve cuatro años haciendo natación apenas me amputaron”. Ahora se entrena en el Oeste, tras un año sin actividad física, para tratar de estar a punto en abril cuando se reúna la selección argentina.
Para concluir, Jonathan dejó una reflexión que puede servir de ayuda a personas que estén pasando por algo similar. “Ojalá mi historia le pueda servir a chicos que están viviendo una situación similar a la mía para que sepan que pueden hacer deporte, que no se queden encerrados en sus casas y puedan salir adelante”.