
Ariel Riveros es un vecino de Moreno, vive en La Reja y a sus 27 años dice haber encontrado la fórmula para tener una vida placentera. Combina el rap con el mundo de los tatuajes. Esta doble fascinación la descubrió desde muy chico y la sostiene a capa y espada. Mientras sigue desparramando la tinta en la piel, lanzó su primer single.

Ariel se hace llamar Chino MC y asegura que desde muy chico se hizo fanático del hip hop y el rap. “Escribo hace más de 10 años y siempre soñé con lanzar mis propios temas”, asegura.
Esta posibilidad la pudo concretar a partir de conocer a Núcleo, un reconocido rapero dueño de Triangulo Estudio. Allí el vecino de Moreno encontró ese espacio que tanto ansiaba y que le generaba un cosquilleo en la panza de solo pensarlo.
El tema es “Directo del West Coast” y se enmarca en una serie de canciones que ya tiene preparado para ir lanzando de manera paulatina de cara a la presentación de un disco para principios del 2021.
“Yo hablo de mi vivencia. Me inspiro mucho en lo que pasa, en la experiencia que tengo constantemente. Sigo contando lo que me pasa en el barrio”, asegura el rapero.
Pero el pequeño mundo de este vecino morenense también tiene como protagonista al dibujo y el tatto. Asegura que son cosas que van de la mano y que lo mantiene conectado haciendo lo que le gusta.
“La verdad es que amo hacer tatuajes. Dibujo desde muy chico, hace ya siete años que me puse a tatuar. Trabajo de lo que me gusta hacer que no es poco”, reconoce.
Consultado sobre esta pasión por el tatuaje, el vecino detalla que todo se remonta a cuando era apenas un niño y su padre le enseño a calcar. Ese día lo marcó a fuego y lo recuerda con emoción: “Mis viejos dicen que dibujaba muy bien cuando era chico, yo me acuerdo patente como mi papá me enseñó a calcar, fue como una revolución. Desde ahí empecé a dibujar, copiar y también inventar.
En un momento de felicidad plena y de bienestar con sus actividades, Riveros recuerda que el momento en que decidió abandonar su trabajo en una casa de comidas rápidas. No se arrepiente y es feliz por la decisión tomada. Con los tatuajes y su música sigue soñando y construyendo su hábitat natural.