Una vez más, Viví el Oeste te invita a recordar diferentes historias del conurbano bonaerense y en esta oportunidad es el turno de la Estancia del Pino, un terrero ubicado en el partido de La Matanza que Juan Manuel de Rosas compró hace 200 años atrás.
La historia de Estancia del Pino, un terreno ubicado en La Matanza que fue propiedad de Rosas
En Virrey del Pino, partido de La Matanza, se encuentra una construcción que perteneció a Juan Manuel de Rosas, que actualmente es Monumento Histórico Nacional.
El 20 de abril de 1822, Rosas junto a su socio Juan Nepomuceno Terreno compran a José María del Pino y su esposa, María de las Mercedes Saraza una estancia situado en terrenos que en la actualidad forman parte de La Matanza, y de esta manera Juan Manuel de Rosas se convirtió en vecino de la zona.
¿Cómo llegó Juan Manuel de Rosas a ser dueño de una estancia en La Matanza?
La estancia había sido asignada al capitán Cristóbal de Loyola, a través de cuya descendencia llega a manos de Don Felipe de Arguibel en el siglo XVIII, quien decidió ampliar la propiedad popularmente llamada "San Martín" por las construcciones levantadas en dicho terreno ilegalmente por un tal Juan de San Martín.
En 1805 Mercedes Saraza, esposa de José María del Pino (hijo del virrey) la compra, y comienza a ser conocida como "Estancia del Pino". Años, más tarde entre 1822 y 1830 perteneció a la sociedad de Rosas, Terrero y Dorrego, pero tras su disolución Juan Manuel de Rosas quedó como único propietario y junto a su mujer Encarnación Ezcurra y Arguibel le realizan una trasformación.
En este sentido, la convierten en un establecimiento modelo, introduce el refinamiento vacuno ensayado por su amigo y vecino, el pionner John Miller, en su estancia "La Caledonia". Además, planta un inmenso monte de acacias, paraísos, nogales, olivos y frutales, y traza una avenida de ombúes.
Hacia 1972, edificaron el casco de los Arguibel que constaba de tres cuerpos con cubiertas de teja, muros de ladrillo, aberturas escarzanas y rejas borbónicas. Para 1828 fue ampliado por Rosas al entrelazar las casas existentes, mediante una nueva construcción de azote. Desde ahí se podía apreciar la galería y una nueva capilla.
Más tarde, la "Estancia del Pino" es vendida al cuñado de Rosas, José María Ezcurra y Arguibel, y para 1872 los Ezcurra agregan habitaciones en la planta alta y un mirador prolongando el ala más antigua, sustituyen los tejados por azoteas, las columnas las arman con fundición de hierro y las ventanas escarzanas por dinteles rectos con persianas de madera.