Llevar a cabo la edificación de una vivienda o construir un espacio adicional en la propia casa es un procedimiento que, aunque tenga como propósito beneficiarse del nuevo espacio, lleva bastante tiempo e implica diferentes pasos.
Una vez que se han terminado todos los pasos de una construcción y que la casa o el departamento están listos para habitar, llega el momento de disfrutar. Sin embargo, antes de hacerlo es preciso llevar a cabo una última etapa: limpiar de manera exhaustiva.
La mejor forma de hacerlo es contratar una empresa que provea servicios integrales de limpieza porque es la única manera de asegurarse que la prestación estará bien hecha y que los espacios quedarán despejados y libres de polvillo.
Es fundamental que, aunque no lo veamos, si no lo sacamos este residuo de las obras permanece en las superficies durante mucho tiempo, perjudicando especialmente a los niños y a las personas alérgicas o que poseen problemas respiratorios o bronquiales.
Cómo se efectúa una limpieza de final de obra
Para higienizar los ambientes de una construcción es preciso seguir algunos pasos claves a fin de que el trabajo esté bien realizado.
Primer paso: eliminar el polvo
Lo primero que hay que hacer es quitar el polvillo que se ha acumulado en todos los rincones y rendijas para evitar que se disperse por toda la propiedad.
A diferencia de lo que se hace habitualmente en los hogares, para sacar el polvo después de una obra no se deben usar escobas ni escobillones, porque estos elementos levantan las partículas y las diseminan.
Lo ideal es utilizar un aspirador con diferentes boquillas para llevar hasta los huecos más pequeños e ir de ambiente en ambiente, cerrando las puertas y ventanas de aquellos que ya han sido aspirados.
Si se usa una escoba, es necesario barrer en dirección a las aberturas, para sacar el polvo de la habitación.
Segundo paso: quitar la suciedad de paredes y techos
Una vez que se ha removido la parte más visible del polvillo, llega la hora de limpiar los techos y las paredes.
Para hacerlo efectivamente es preciso recurrir a paños húmedos o mopas que capten la suciedad y se puedan enjuagar.
Los techos se deben limpiar de manera horizontal de esquina a esquina, mientras que las paredes de forma vertical de arriba hacia abajo.
Es preciso pasar el paño la cantidad de veces que sea necesario para quitar todos los rastros de suciedad que pudieran haber quedado después de la obra.
Tercer paso: limpiar el suelo
No hace falta que lo digamos porque seguramente ya lo sabés. El suelo es el lugar en donde se concentran la mayor parte de los residuos post construcción, como por ejemplo pintura, cemento, esmalte, yeso, enduido y cualquier tipo de material.
Para hacerlo es preciso utilizar una mopa y líquidos especialmente diseñados para la higiene de los pisos. El personal de las empresas de limpieza profesional tiene el conocimiento necesario para elegir los productos adecuados para cada tipo de superficie y sabe qué artículos pueden dañarlo y cuáles lo conservan en perfectas condiciones.