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Los trabajadores de una reconocida clínica de Hurlingham continúan en la lucha para evitar el desalojo

A fines del 2020 los profesionales de salud de la Clínica Sagrado Corazón de Hurlingham armaron una cooperativa para manejar los destinos del lugar. El año anterior habían sido despedidos más de 30 compañeros y la gerenciadora se retiró por las deudas que tenía con más de 120 trabajadores. El problema es que el viernes podría ocurrir un desalojo y los profesionales se resisten a eso.

Los trabajadores de salud de la clínica Sagrado Corazón decidieron pasar a la acción y tomar el lugar para recuperarlo y autogestionarlo bajo la figura de cooperativa. El detonante fue el despido de más de 30 compañeros y las deudas salariales con casi toda la plantilla médica del lugar. El establecimiento de 3 pisos cuenta con 120 camas que pueden ser un recurso fundamental en tiempos de pandemia y saturación del sistema sanitario.

“Nosotros pensamos que es súper arbitrario que se cierre una clínica en plena pandemia y segunda ola. A la cooperativa no les quieren aceptar la personería y por eso avisaron del desalojo”, comentaron fuentes cercanas a los trabajadores de salud, en charla exclusiva con Viví el Oeste. Los profesionales ya tuvieron varias reuniones dónde fueron informando de cómo serán las medidas a tomar.

FV JULIO EPU
LA PERLA LARGO

El viernes es una fecha clave porque la Justicia avisó que ese día será el desalojo. “Los trabajadores se van a reunir este viernes a pedir el no desalojo y ver si se puede arreglar algo para continuar como cooperativa”, anunciaron. Según informaron desde el MST, el lugar cuenta con un equipo de oxígeno propio para abastecer a toda la clínica, laboratorio, un equipo de radiología completo y un tomógrafo.

La situación se vuelve más delicada teniendo en cuenta la saturación del sistema sanitario en el AMBA debido a la segunda ola de contagios. A pesar de que Hurlingham no es uno de los municipios con menor disponibilidad de camas, el contexto en toda la región apremia y los trabajadores consideran que no tiene razón de ser el desalojo programado.

El conflicto comenzó en el año 2019 con el despido arbitrario de 30 trabajadoras y continuó durante el inicio de la cuarentena por el no pago de salarios. Esto llevó a que los propios trabajadores internaran armar una cooperativa para autogestionar la Clínica. El problema es que la burocracia en la Justicia demoró todos los trámites e incluso los dueños llegaron a colocar una pared de ladrillos para tapiar la entrada.

Gentileza fotos: Periodismo de izquierda MST