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El inolvidable partido de Maradona en una plaza de Merlo a cuatro años de su muerte

Diego tiró magia en el potrero lindero al Arroyo Las Torres tras comer un asado junto a más de 300 personas y haber salido campeón del mundo juvenil en Japón.

Un día como hoy, pero de 2020, el gran Diego Maradona se convirtió oficialmente en una leyenda tras fallecer de un paro cardíaco, por lo que conviene repasar una de sus historias más llamativas y desconocidas en el Oeste: un partido que jugó en la localidad de Merlo.

El año era 1979 y Pelusa acababa de ser campeón del Mundial Juvenil de Japón, además de erigirse como figura de la Asociación Atlética Argentinos Juniors (AAAJ). Justamente en ese plantel de la Selección Argentina estaba Marcelo Fabián Bachino, quien vivía en una humilde vivienda situada a la altura del cruce de las calles Cervantes y Constitución.

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El plantel argentino de 1979, con Diego y Bachino.

El plantel argentino de 1979, con Diego y Bachino.

Luego de traer la copa al país, el defensor organizó para ese fin de semana un asado en su casa y dentro de los invitados estaba el joven 10, quien llegó el sábado a bordo de su Fiat 125 Mirafiore de color rojo en medio de unas 300 personas que querían verlo y saludarlo.

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LA PERLA LARGO

Todos esos vecinos se quedaron tocando bocinazos y cantando en la puerta de los Bachino mientras unos 30 jóvenes disfrutaron del almuerzo, pero lo mejor todavía no había comenzado, ya que tomaron una pelota gastada y se dirigieron en caravana a un potrero cercano.

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La plaza de Merlo donde Maradona jugó un partido.

La plaza de Merlo donde Maradona jugó un partido.

El picadito de Maradona en Merlo

Menos de una cuadra de caminata después, Maradona, Bachino y compañía arribaron a la actualmente conocida como Plaza de la Pirelli, ubicada cerca del Arroyo Las Torres y en la que se desató un icónico picadito entre los presentes, todos en cuero y descalzos, frente la mirada atónita de los habitantes del barrio.

Incluso, se dice que cuando Diego se subió a su auto para volverse tras muchas horas de fútbol un compañero suyo se le abalanzó sobre el vehículo y le rompió la antena sin querer, pero esa curiosidad y bastantes otras solo quedarán en la memoria de los que presenciaron a la estrella naciente sin saber en lo que se transformaría luego.