El 2002 fue uno de los años más duros de la historia moderna en la Argentina, donde la mayoría apenas podía llegar a fin de mes y el dinero no era algo muy abundante. En ese contexto, Merlo fue uno de los partidos más golpeados del Gran Buenos Aires, en medio de la infinita intendencia de Raúl Othacehé.
Merlo: cuando un funcionario de EEUU visitó un comedor local
En 2002, el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Paul O'Neill, visitó un comedor infantil del Barrio Argentino, en el norte de Merlo. Los detalles.
Tal es así que la toma de deuda con organismo internacionales se convirtió en moneda corriente para los comercios y los Estados provinciales y municipales de todo el país. Uno de esos entes era el Banco Mundial, que por ejemplo llegó a invertir en el Barrio Argentino, al norte de Merlo, en el Oeste de la Provincia de Buenos Aires.
A su vez, el Jardín Comunitario Materno Infantil número 1.104, ubicado en su momento en la esquina de las calles Donato Álvarez y Perdriel (actualmente, allí funciona la Unidad Sanitaria municipal N°34), fue uno de esos lugares de inversión y, a raíz de ello, el sitio elegido por el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Paul O'Neill, para llevar a cabo una visita inédita en la historia de Merlo.
El funcionario norteamericano estuvo unos 35 minutos y habló con los chicos, pese a que ellos no le entendían ni una sola palabra. Así lo describió para Página 12 la encargada por entonces del comedor, Lidia Muñóz: "Jugó con los niños y hasta armó un rompecabezas con ellos. A los más chiquitos los sentó en sus rodillas y con otros cantó. Tuvo un estilo muy paternal".
Dos de esos pequeños con los que interactuó fueron Alan Frontera y Beto Benítez, según reportó la edición impresa de La Nación. "Thank You. You are wonderfull", les dijo luego de que se sacara una foto con ellos. Más tarde, le dijo a una de las maestras, Roxana Chamorro, que fue "el lugar que más me gustó de todo el viaje (también fue a una escuela de educación media en Don Torcuato y a una fábrica en Villa Urquiza)" que hizo en Buenos Aires.
Sin embargo, no fue todo color de rosas para O'Neill, ya que sumó mucho repudio por parte de militantes políticos de izquierda y justicialistas y organizaciones sindicales. Incluso, un vecino ironizó sobre su periplo por esa zona de Buenos Aires: "¡Qué va a venir ese O'Neill, si acá se comen hasta los caballos!". Además, el cura de la Parroquia San Pablo de Agustín Ferrari, José Recich, afirmó que se quedó con las ganas de “agradecerle” en persona que “estaban así por bastante culpa de ellos”.