Un 2 de agosto, pero de 2018, la cocina de la Escuela Primaria número 49 "Nicolás Avellaneda" de la localidad de Moreno explotó debido a una fuga de gas y produjo la muerte de la vicedirectora Sandra Calamano y el auxiliar docente Rubén Rodríguez, generando así una de las peores tragedias en la historia del Oeste.
Las dos víctimas ingresaron por la mañana al establecimiento situado en la esquina de las calles Félix de Azara y Casimiro José Davaine, justo en el límite entre los barrios San Carlos y Aberastury, y allí la mujer sintió un olor raro, por lo que le avisó al gasista.
Cuando uno de ellos encendió la luz, una gran llamarada salió de uno de los caños de la sala de profesores y provocó una enorme ola expansiva entre las 7:20 y las 7:40 horas que destruyó parte de la infraestructura y les quitó la vida casi instantáneamente a la señora de 49 años y al hombre de 45, quien estaba a cargo de la portería desde hacía más de tres décadas.
Las autoridades del colegio ya se habían contactado con el gasista durante la tarde del día anterior para informarle de un desperfecto con una estufa y la presencia de un constante olor a gas, pero tanto él como su asistente no buscaron el origen de la fuga y solo revisaron el electrodoméstico.
Este fatal episodio desató airados reclamos de la comunidad ante la inoperancia y la desinversión en las instituciones educativas públicas y desencadenó un fuego cruzado entre el Consejo Escolar local y la Gobernación de la Provincia de Buenos Aires, que en ese momento estaba liderada por María Eugenia Vidal.
Sin embargo, y pese a la investigación iniciada por la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) número 8 del Departamento Judicial de Moreno-General Rodríguez, al día de hoy todavía no hay ningún culpable por el fallecimiento de Sandra y Rubén.