La Dirección Departamental de Investigaciones (DDI) de Morón desbarató durante los últimos días a una banda de ladrones que se dedicaba al robo tanto de camionetas como de autos de alta gama dentro del Distrito para poder venderlos en el noreste del país, más precisamente en la provincia de Corrientes.
La logística de la banda que robaba vehículos en Morón para venderlos en Corrientes
Cinco camionetas y autos de alta gama fueron secuestrados tras una extensa investigación, mediante la que se descubrió cómo hacían para salirse con la suya.
Luego de una serie de denuncias por hurtos a esta clase de rodados, la mencionada entidad del Ministerio de Seguridad provincial dispuso una serie de pesquisas mediante las cuales establecieron la existencia de toda una organización criminal que no solo operaba en el Oeste, sino en muchas partes del Conurbano Bonaerense y la República Argentina.
Su logística para concretar sus travesías era la siguiente: primero le cambiaban las patentes a las unidades que se llevaban y después las guardaban en múltiples estacionamientos para así, después de dejar pasar un tiempo prudencial, proceder a sacarlos con destino a la citada jurisdicción norteña y comercializarlos sin problema.
Por fortuna, los detectives dieron con el paradero de sus dos líderes, quienes quedaron detenidos. A su vez, incautaron cuatro vehículos de la marca Toyota (dos Hilux un SW4 y un Etios) y un Ford Focus con pedido de secuestro activo, las chapas adulteradas, tres celulares, herramientas para la apertura de puertas y una escopeta con un calibre de 16 milímetros.
Otro grupo de delincuentes automotores caído en el Oeste
En mayo del corriente año, La Sub DDI "Sur" matancera descubrió un gran desarmadero ilegal que tenía asiento en la localidad de Gregorio de Laferrere y se dedicaba al desguace de autos robados.
Bajo la fachada de un taller mecánico, los dueños desguazaban vehículos de alta gama de procedencia ilícita para después venderlos. Estos responderían a los apodos de "Osky" y "El Chileno", cuyos domicilios se situaban en las ciudades de Villa Luzuriaga y González Catán, respectivamente, y además poseían armas de fuego.