Tras el fallecimiento del Papa Francisco, el mundo se prepara para conocer los resultados del cónclave donde los cardenales elegirán al sucesor del último Papa. En la primera votación no hubo fumata blanca y este jueves por la tarde habrá dos nuevos comicios.
Mundo: los cardenales no lograron un acuerdo y sigue la votación para elegir al nuevo Papa
El mundo esta expectante luego de que las dos primeras votaciones no llegarán a un acuerdo. Aún no se sabe quien será el sucesor del Papa Francisco.
Desde la Capilla Sixtina, emergió humo negro en dos oportunidades y esto refleja que ninguno de los candidatos alcanzó los dos tercios necesarios para ser elegido pontífice en las primeras tres votaciones.
Esta mañana los 133 cardenales electores retomaron el proceso. Antes salieron de la residencia de Santa Marta, donde están alojados en régimen de aislamiento para dirigirse a la Capilla Paulina, ubicada a casi un kilómetro de distancia. Allí realizaron una misa antes de ingresar a la Capilla Sixtina.
Según lo establecido en la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis, en los tres primeros días del cónclave están previstas dos votaciones por la mañana y otras dos por la tarde, entre las 17:30 y 19:00 horas.
A este ritmo el cónclave puede extenderse varios días, como sucedió en otras oportunidades, aunque se espera que se resuelva entre el segundo y cuarto día. En paralelo, cientos de fieles, turistas y curiosos, se acercan hasta la Plaza de San Pedro del Vaticano a la espera de los resultados del cónclave, luego de los dos primeros humos negros.
Mundo: cómo se vota al nuevo Papa
El proceso de divide en tres etapas: pre-escrutinio, escrutinio y post-escrutinio, todas bajo un estricto régimen de confidencialidad.
En la primera, los ceremonieros reparten las papeletas y se sortean de manera pública los nombres de nueve cardenales: tres actuarán como escrutadores, tres como infirmarii (encargados de recolectar votos en caso de enfermedad, aunque actualmente todos votan en la Capilla Sixtina) y tres como revisores. Esta selección es realizada por el cardenal diácono más reciente presente.
En la etapa del escrutinio, cada cardenal escribe en secreto el nombre de su elegido en un papel que lleva impresa la frase Eligo in Summum Pontificem. Luego, la dobla, la lleva al altar y la deposita en una urna tras pronunciar un juramento solemne: “Chiamo a testimone Cristo Signore...”. Una vez recolectadas todas las papeletas, se cuentan y, si ningún candidato alcanza el número necesario de votos, se procede a una nueva ronda.
La fase final implica verificar y registrar los resultados y, si corresponde, destruir las papeletas al final del ciclo de votaciones.