El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) confirmó que este 2024 marcó un hito inusual en el mundo sobre el comportamiento del agujero de la capa de ozono. Este año, la extensión máxima del fenómeno fue significativamente menor que en años recientes, alcanzando unos 22 millones de kilómetros cuadrados a finales de septiembre.
Mundo: se habría cerrado el agujero de la capa de ozono por el cambio climático
El agujero de la capa de ozono mostró signos positivos en 2024, pero los desafíos para el mundo persisten.
Además, el cierre del agujero de la capa de ozono se adelantó a la primera semana del mes de diciembre, un hecho que no se observaba desde hace varios años en el mundo. Durante el pico del agujero, el área afectada llegó a cubrir una extensión similar al tamaño de la Antártida, pero mostró una disminución progresiva en noviembre, reduciéndose a unos 10 millones de kilómetros cuadrados.
El agujero de la capa de ozono muestra una recuperación histórica
Este comportamiento contrasta con los años anteriores, cuando el agujero alcanzó hasta 25 millones de kilómetros cuadrados y persistió durante periodos más largos. Según el SMN, este patrón más moderado es alentador, aunque no exento de incertidumbres. Cabe destacar que el ozono desempeña un papel crucial al actuar en el clima como escudo contra la radiación ultravioleta en el mundo.
Su agotamiento puede tener graves consecuencias para la vida terrestre y los ecosistemas, incluyendo problemas de salud como el cáncer de piel, daños en las cosechas y efectos negativos sobre la biodiversidad marina y terrestre. Las investigaciones de este año señalaron que el inicio tardío del agujero, registrado a finales de agosto, podría estar relacionado con eventos de calentamiento estratosférico repentinos observados en meses previos, lo que alteró las condiciones típicas para su formación.
Una noticia que genera sensación en el mundo
Un factor clave en el comportamiento de la capa de ozono en los últimos años fue la erupción del volcán submarino Hunga Tonga-Hunga Ha'apai en enero de 2022. Esta erupción inyectó millones de toneladas de vapor de agua y dióxido de azufre en la estratosfera, alterando la química y los procesos térmicos que favorecen el agotamiento del ozono. Aunque su impacto inicial provocó una pérdida significativa del gas protector, estudios recientes sugieren que los efectos de esta erupción podrían estar debilitándose.
A pesar de los avances en el mundo observados en 2024, los especialistas advierten que las interacciones entre el cambio climático, la actividad volcánica y los procesos químicos de la estratósfera siguen siendo complejas y requieren un monitoreo continuo. Mientras la troposfera se calienta por el cambio climático, la estratósfera tiende a enfriarse, lo que facilita la formación de nubes polares que contribuyen a la destrucción del ozono. Este panorama destaca la necesidad de reforzar la investigación para entender mejor la dinámica y proteger este recurso vital para la vida en la Tierra.