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De qué se trata el programa MenstruAR que lanzó el Gobierno

Lanzaron el Programa MenstruAR para garantizar el acceso a productos de higiene y cuidado. ¿Qué contempla esta medida?

El Gobierno Nacional presentó el Programa MenstruAR este lunes en la Casa Patria Grande de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. El mismo está destinado a gobiernos provinciales y locales con el objetivo de reducir el factor de desigualdad que implica la menstruación. El acto de lanzamiento fue encabezado por la ministra de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, Ayelén Mazzina, y contó con la participación de más de 60 promotoras y promotores territoriales y autoridades de género y diversidad, tanto provinciales como locales.

Cabe destacar que el Programa MenstruAR tiene el objetivo de garantizar el acceso a los insumos para la gestión menstrual a través del fortalecimiento de los programas municipales que la abordan. Por este motivo, se entregan los productos a los gobiernos locales junto a instancias de formación y talleres sobre la gestión menstrual como un derecho y educación sexual integral en ámbitos comunitarios.

"Esta iniciativa constituye una jerarquización y consolidación de la Línea de Gestión Menstrual, creada en marzo de 2022 en el marco de la Dirección Nacional de Articulación de Políticas Integrales de Igualdad", explicó la ministra. Luego, continuó: "Desde su implementación, se capacitaron 1568 personas de 27 localidades del país y se entregaron más de 10 mil copas menstruales. También se brindó asistencia técnica y acompañamiento en la elaboración y presentación de ordenanzas sobre gestión menstrual a 26 municipios que no contaban con dicha legislación".

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El Gobierno Nacional presentó el Programa MenstruAR.

El Gobierno Nacional presentó el Programa MenstruAR.

Asimismo, tras el panel de presentación, en el que también estuvieron la titular de la Unidad de Gabinete de Asesoras, Erica Laporte; y la secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad, Paulina Calderón; se presentaron dos materiales elaborados en conjunto entre el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación (MMGyD) y la Fundación SES, con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA).

Se trata del cuadernillo “La gestión menstrual como derecho” y el informe “Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual”. Ambos están dirigidos a todas aquellas organizaciones sociales y gobiernos locales que se propongan trabajar el tema desde una perspectiva de género, diversidad y discapacidad.

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La gestión adecuada de la menstruación tiene un costo que no todas las personas pueden afrontar. En ocasiones, la falta de recursos impide la asistencia a establecimientos educativos, de salud, laborales o deportivos, profundizando la desigualdad y acrecentando las brechas de género.

El estudio realizado evidencia que la relación entre el cuidado del ambiente y la gestión de la menstruación es uno de los aspectos de mayor desconocimiento. Apoyar desde el Estado las opciones sostenibles y respetuosas con el ambiente, generando mecanismos que faciliten la confección de productos de gestión menstrual sustentables, podría ser una de las alternativas posibles para abordar esta problemática.

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Según datos del informe “Diagnóstico sobre uso y percepción de insumos de gestión menstrual”, en Argentina, más de 12.000.000 de personas menstrúan. El 60 % de las personas encuestadas utiliza toallitas descartables. Estos productos, junto con los tampones (15 %), son los elegidos por el 75 % de la población. Entre el 40 % y el 50 % desconocen los efectos secundarios que tiene sobre la salud el uso de toallitas y tampones, como también su impacto ambiental.

Más del 95 % de las personas considera que el Estado debería eliminar el IVA de los productos de gestión menstrual, así como también distribuirlos de forma gratuita en escuelas, cárceles y centros comunitarios. El 43 % se vio en la necesidad de modificar sus hábitos en el uso de estos productos por motivos económicos. En algunos casos, esta situación implica además un riesgo de exclusión: con frecuencia, algunas personas han limitado su participación en distintas actividades tanto recreativas (50 %) como educativas (35 %) y laborales (22 %) durante el ciclo.