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Ramos Mejía: Habló el padre del kiosquero asesinado

Pedro Sabo, papá del kiosquero asesinado en Ramos Mejía, aseguró que "le arruinaron la vida" a él, y a su familia. Pidió que los delincuentes "no salgan más".

Durante la protesta encabezada por más de un centenar de vecinos que se concentraron frente a la Comisaría de Ramos Mejía, a 300 metros de donde delincuentes mataron a Roberto Sabo, un kiosquero de 48 años, Pedro, el padre del comerciante asesinado, dijo entre lágrimas: “Nunca pensé que me iba a pasar esto. Me arruinaron la familia. Nunca más puedo vivir tranquilo. Quiero agradecer a Alberto y a Cristina, que largan a los chorros, a todos los asesinos, a los matones, a matar gente buena a la calle. Gracias Alberto y gracias Cristina”.

“Les quiero decir la frase de Susana Giménez: Al que mata hay que matarlo, pena de muerte a los delincuentes”, agregó el hombre visiblemente desencajado por el dolor, y siguió: “(A los detenidos) los tienen guardados acá en la comisaría de Ramos Mejía porque los están cuidando para que la gente no les haga nada, manga de...”.

Y siguió: “Agradezco a mucha gente que viene a saludarme, que hace 40 años que trabajo en la misma cuadra. No sé qué decir. Nunca pensé que me fuera a pasar esto. Quisiera cortarle las manos a quien vote por Alberto y por Cristina. Porque nunca les pasó nada seguramente. Yo no pensé que me iba a pasar esto. Me arruinaron toda la familia, nunca más voy a vivir tranquilo”.

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LA PERLA LARGO

En el final, Pedro explicó que su hijo heredó el comercio que antes era de él y que lo atendía junto a uno de sus nietos. “Yo empecé hace 40 años, trabajaba enfrente. De a poco lo ayudé con el kiosco, después me retiré porque me jubilé y ahora sigue él con mi nieto. Y ahora no sé qué vamos a hacer porque estamos llenos de delincuentes acá. No sé si mañana voy a trabajar y me matan a mí también”, apuntó.

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Delincuentes asesinaron a sangre fría a un kioskero en Ramos Mejía.

Delincuentes asesinaron a sangre fría a un kioskero en Ramos Mejía.

Horas antes, en redes sociales, circuló un video donde se lo veía a Pedro Sabo llorando desconsoladamente en la puerta del “Drugstore Pato”, mientras abrazaba a un chico. “Ay, ay ay, ¿por qué?”, decía. “Pena de muerte para los chorros”, gritaba sin consuelo.

Tras el crimen del kiosquero, los vecinos, amigos y familiares de Sabo se concentraron primero frente al comercio donde ocurrió el crimen y, luego, se trasladaron a la puerta de la seccional 2º, donde están detenidos los autores de crimen: un hombre de 29 años y una adolescente de 15. Entre aplausos y bocinazos, cortaron la calle para exigir “Justicia” y hasta prendieron una fogata. Además de repudiar a Fernando Espinoza, intendente del partido de La Matanza y a Sergio Berni, ministro de Seguridad de Buenos Aires.

Entre los testimonios luego del crimen que circulan en redes sociales y por algunos canales de televisión, se escucha un tono de hartazgo e indignación. “A tres cuadras del kiosco está la comisaría, con todos los móviles parados en la avenida de Mayo. Y a cuatro (cuadras) hay un control vehicular. Para la foto están, pero la prevención nada”, señaló Ulises Ramos, uno de los vecinos.

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El crimen del kioskero

Pedro Sabo, un comerciante de 45 años, fue asesinado a balazos ayer cuando una pareja de delincuentes intentó robarle en su negocio de Ramos Mejía, La Matanza. Los sospechosos, un hombre de 29 años y una chica de 15, robaron un vehículo y una moto para escapar, pero terminaron detenidos.

El hecho ocurrió este domingo cerca de las 14, cuando un sujeto entró a un kiosco ubicado en Avenida de Mayo y Alvarado, en pleno centro comercial, y asesinó a su dueño a tiros. La víctima murió prácticamente en el acto. Según el informe preliminar de los forenses, en su cuerpo tenía seis orificios de bala.

Un testigo fue quien alertó a la Policía cuando el asesino salió del local post crimen y se fugó en un Ford Focus color negro, que había sido robado minutos antes y a mano armada a un remisero que se encontraba por la zona.