Otra vez la inseguridad golpeó donde más duele a un delivery en la localidad de Ramos Mejía, al norte del partido de La Matanza, a manos de una banda de motochorros, que lo despojó de su herramienta de trabajo en unos pocos segundos durante este fin de semana.
Video: la desazón de un delivery de Ramos Mejía tras el robo de su moto
El repartidor fue despojado de su herramienta de trabajo por cuatro motochorros, que hasta amagaron a llevarse el pedido que había trasladado. Mirá el video.
El ilícito tuvo lugar sobre la calle Vicente López al 200, entre Álvarez Jonte y la Avenida Gaona, a pocos metros del límite con la ciudad moronense de Villa Sarmiento, hacia las 21:27 horas de ayer domingo, 18 de mayo, y quedó registrado por una cámara de vigilancia particular.
Las imágenes muestran como el repartidor resultó sorprendido por los delincuentes cuando estaba a punto de entregar un pedido. La víctima no pudo hacer más que quedarse quieto y no oponer resistencia mientras uno de ellos, con amenaza mediante, lo revisaba de pies a cabeza para quitarle todo lo que tenía a mano.
Una vez que consiguió hacerse con las llaves de su moto y hasta la bolsa donde trasladaba la comida ordenada por la aplicación "PedidosYa" (que después terminó descartando), el ladrón se dio a la fuga junto a sus cómplices en dirección al Acceso Oeste, en tanto que la víctima corrió a la vivienda que solicitó sus servicios para realizar la denuncia correspondiente.
Otro robo similar en el Oeste del año pasado
A mediados de febrero de 2024, otro delivery se largó a llorar en la vereda después de que un par de malhechores motorizados le saquen el vehículo con el que salía a cumplir con su jornada laboral en el Barrio Nuevo de Libertad, al sur del municipio de Merlo.
El trabajador fue encerrado e inmediatamente amedrentado para que entregue su rodado, pese a que había gran cantidad de gente en la vía pública a su alrededor. Sin oponer resistencia alguna, él se bajó y dejó que los malvivientes escapen para evitar salir lastimado. Luego de que se consume el escape, el joven se sentó en el cordón lindero y rompió en llanto por la pérdida que acababa de sufrir.