Al mirar al cielo en algunos lugares y casas recónditas de Martín Coronado, Pablo Podestá, Ciudadela, Caseros o Villa Bosch, en Tres de Febrero, se pueden encontrar exorbitantes tanques de agua con formas muy especiales. Destacadas en más de una oportunidad por el propio Intendente Diego Valenzuela, hace un tiempo las míticas edificaciones se revivieron con el ranking de elección de "las 8 maravillas del Conurbano" elegidas por The Walking Conurban. Dichas construcciones guardan un por qué atravesado de historia y cultura y te lo contamos en esta nota.
Tres de Febrero: historia de los tanques de agua exóticos
En Tres de Febrero se pueden encontrar tanques de agua con forma de objetos totalmente sorprendentes. La historia se remonta a principios de los años '30.
Los tanques de agua extraordinarios con forma de objetos esconden una antigua "puja" entre vecinos para ver quién de ellos tenía el tanque de agua más bizarro y estrambótico. Una vieja y divertida costumbre perdura, aunque ya en vías de extinción.
Uno de los tanques más reconocidos por los vecinos -que incluso ha quedado entre las mejores ocho maravillas del Conurbano- es la reconocida "Pava de Goliat", una pava gigante situada en la Calle Lope de Vega al 2200, muy cerca de la General Paz, en el barrio de Villa Raffo.
Además de la famosa pava, también se pueden visualizar cohetes, cepillos, Telettubies, elefantes, hasta helicópteros, zapatos o sifones convertidos en tanques de agua a través de la historia.
Todos los tanques constituyen un patrimonio del que los vecinos se sienten más que orgullosos porque ven en ellos signos de la identidad barrial, que tuvo como protagonista principal a Floro Iannantuono, don Fiore para todo el mundo, el "tano constructor" que desató esta locura a mediados del siglo pasado.
En su mayoría, las obras pertenecen a inmigrantes italianos que, sin tener experiencia previa, construían las casas con sus propias manos y consideraban el tanque, el punto más alto, como el "broche final" al trabajo realizado. Fueron realizados, según especifican historiadores, por trabajadores vecinos de diversas profesiones y oficios que habían arribado a argentina desde el viejo continente y utilizaban los depósitos de agua para mostrar las tareas efectuadas.
Así fue como, a partir de los años '30, las calles de Tres de Febrero comenzaron a tener en sus alturas edificaciones extravagantes para contener el agua que abastece a los hogares. El boca a boca entre amigos y familiares que habían llegado anteriormente los llevaban hasta allí, incluso entre 1940 y1950, la zona fue considera como la "Pequeña Italia" ante la llegada de tantos habitantes.
El pionero Don Fiore
Floro Iannantuono, Don Fiore para los vecinos, fue el creador de los tanques más simpáticos. Nacido en Campobasso, al Sur de Roma, en 1922, dejó su tierra que trabajaba cuando empezó la Segunda Guerra y estuvo prisionero varios años. En 1948 se subió un barco para venir a hacer la América. Dos años más tarde trajo a su mujer y a su hija mayor.
Con sus propias manos edificó su casa en la calle Besadas, en Coronado. Cuando terminó, eligió coronarla con un tanque de agua que recordase el barco en el que había viajado, por primera vez en su vida.
Al vecino de al lado, que tenía una zapatería, le preguntó si lo dejaba construirle un mocasín y él aceptó. Ahí empezó a nacer su fama: cuando se trataba de obras comunitarias para embellecer el barrio, cuenta la historia que Don Fiore las confeccionaba gratis.
"Fiore era constructor, llegó de Italia después de la guerra, e hizo varias casas en Martín Coronado y Villa Bosch, siempre con tanques de agua muy especiales", comentó el Intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, a través de su cuenta de Twitter.