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Un vecino de Ciudad Jardín inició dos proyectos tras perder su trabajo cotidiano por la pandemia

Gustavo atendió durante 8 años una librería en un colegio del Municipio de Tres de Febrero. Debido a la pandemia, su trabajo habitual se vio interrumpido y este vecino buscó más de una alternativa para seguir adelante.

La vuelta a clases de manera presencial es una de las actividades que aún no tiene una fecha de regreso. Tras decretarse la cuarentena, el 19 de marzo de este año, los colegios cerraron y los alumnos de todo el país debieron adaptarse a la modalidad de cursada virtual. Uno de los rubros indirectamente afectados por esta situación fue el de las librerías. Gustavo Almirón trabajó durante 8 años en un colegio de Ciudad Jardín y, por este parate de la actividad, debió buscar nuevas actividades para generar ingresos.

“El trabajo en la librería es mi principal ingreso para mantener a mi familia y de eso vivo”, afirmó Gustavo en una charla con Viví el Oeste. El vecino de Tres de Febrero destacó que al principio pensó que la cuarentena iba a ser algo pasajero por lo que no se preocupó. Sin embargo, a medida que las extensiones dictadas por el gobierno se iban sucediendo, Gustavo comprendió que tenía que buscar alternativas para generar ingresos.

FV JULIO EPU
LA PERLA LARGO

Las soluciones para este vecino fueron varias e incursionó en más de un rubro para salir adelante. “Comencé a vender barbijos, productos sanitizantes de alfombras y empecé a imprimir las señalizaciones de distanciamiento para los negocios”, detalló. Aunque la solución le sirvió, Gustavo recalcó que estos productos tienen un límite de venta y que busca algo más estable: “Lo que me preocupa es que no encontré algo que perdure en el tiempo y por eso sigo en la búsqueda”.

Esa búsqueda lo llevó a continuar su actividad de casi una década pero adaptándose a las épocas de cuarentena. Gustavo decidió armar una pequeña librería en la ventana de su casa para vender a los vecinos de su barrio. Además durante la semana recorre las calles de la ciudad para seguir ofreciendo sus productos.

“Detrás de cada crisis hay una oportunidad” dice una vieja frase y Gustavo puede dar fe de ello. “Estoy armando algo con mi primo que tiene una pequeña editorial independiente que vende libros de psicología”, destacó a la vez que recalca que de no haber ocurrido la pandemia, esta oportunidad no hubiera llegado. El trabajo incluiría el proceso de edición, presentación en ferias, distribución, presentación y firmas de los autores. Gustavo lo ve como una posibilidad de profundizar sus conocimientos en el negocio.

El sustento de su familia es otro punto clave para él. Su hija atiende a la par de él en el negocio y lo releva cuando tiene que salir a vender a la calle además de manejar las redes sociales de la librería. Gustavo afirmó que él sabe que podrá volver a su trabajo habitual cuando se retomen las clases y que eso lo tranquiliza pero, mientras tanto, salió adelante con proyectos propios.