Desde hace 80 años, la Escuela Secundaria Técnica número 8 "Jorge Newbery" es un auténtico referente en su rubro para toda la región, tanto cuando se emplazó en la localidad de Haedo, al este del partido de Morón, como luego de su mudanza a la ciudad de Villa Luzuriaga, perteneciente al municipio vecino de La Matanza.
El avión que descansa en una escuela de Villa Luzuriaga y combatió en Malvinas
El A-4Q de la Armada impidió el desembarco de tropas inglesas en Puerto Argentino, pero ahora reposa en el playón de un colegio técnico de Villa Luzuriaga.
Su sede actual se ubica sobre la calle Almafuerte al 17, entre la Avenida Don Bosco y Buchardo, y posee un amplio playón que se puede ver pasando en auto, transporte público o caminando. Allí siempre llama la atención de un avión militar de color blanco y con una bandera nacional en su cola.
Se trata de un A-4Q Skyhawk patentado como "3A 301", el cual tiene un pasado heroico en la Guerra de Malvinas y hoy en día descansa en el Oeste. Él formó parte de la Tercera Escuadrilla de Caza y Ataque del Comando de Aviación Naval de la Armada Argentina, que se asentaba sobre el portaaviones "ARA 25 de Mayo".
Las tareas que desempeñó en el conflicto antes de reposar en Villa Luzuriaga
Esta aeronave se estima que participó en al menos ocho misiones, destacándose una en particular que trascendió por su gran importancia para la República Argentina: el hundimiento de la fragata inglesa "HMS Ardent” en la bahía de San Carlos.
Tal batalla tuvo lugar el 21 de mayo de 1982, cuando nuestro protagonista despegó junto a otros cuatro Skyhawk para un vuelo de reconocimiento y en un momento se topó al citado barco. Este abrió fuego y el A-4Q respondió con sus cañones de 20 milímetros y una bomba, con los que logró dañar la base de la embarcación y permitir que, tras otros ataques en horas y días posteriores, se concrete su naufragio.
Tras sobrevivir al enfrentamiento armado, el 3A 301 llegó al citado colegio matancero en 1991 desarmado, pero sus alumnos lo recompusieron e incluso casi lo hacen arrancar de vuelta en un incidente que pudo ser muy peligroso. Afortunadamente, no pasó a mayores y actualmente se lo puede vislumbrar desde la entrada trasera por la arteria Doctor Ignacio Arieta.