Hace exactamente 69 años, un grupo de amigos redactó el acta fundacional de lo que más adelante se convertiría en una de las entidades deportivas más convocantes del Oeste: el Club Social y Cultural Deportivo Laferrere, que originalmente se llamó Sportivo y por una intimación de la Inspección General de Justicia (IGJ) debió "españolizar" su nombre.
A 69 años del nacimiento de Deportivo Laferrere: la búsqueda de volver a ser
El Villero tuvo una época gloriosa con tres ascensos en cinco temporadas durante sus primeras décadas. Su camiseta roja y la intimación que le dio su nombre.
Su historia comenzó 19 días antes, cuando los vecinos de la incipiente ciudad del sur del partido de La Matanza comían en la carnicería de Ismael Etcheverry y se preguntaron cómo podrían dejar de "molestar" a los distintos comerciantes y armar su espacio propio.
Los primeros años de Deportivo Laferrere
Así fue como tomaron el impulso para crear al Villero, que desde el 9 de julio de 1956 se concentró en la organización de bailes populares de carnaval y otras actividades recreativas en un terreno situado a la altura del cruce de las calles Rodney (por entonces era Rocha) y Osvaldo Magnasco.
Inicialmente, el color institucional y de camiseta iba a ser el rojo debido a la afinidad por Independiente de José Parisi, uno de sus fundadores, aunque con el correr de las horas esa idea se desechó y se optó por el verde y el blanco actual. Por su parte, los materiales para construir la sede resultaron comprados a la automotriz Borgward y con ellos de a poco llegaron la casilla, las mesas y los bancos.
La llegada del fútbol
Su afiliación a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) ocurrió 22 años después de su nacimiento. Allí debutó en la Primera D y se mantuvo hasta 1986, cuando consiguió el primer ascenso de su historia a la C. El segundo consecutivo llegaría en la temporada siguiente, ganándose el lugar en la B Metropolitana 1987-88 con título incluido.
Un tiempo después, Laferrere obtendría su mayor logro de todos los tiempos: le ganó la final de la Zona Noroeste a All-Boys por penales y subió a la segunda categoría por primera y única vez.
Fueron cuatro las campañas que lo vieron deambular entre la 15° y la 16° posición, pero en la quinta culminó en el puesto 21 de la tabla de promedios y eso lo condenó al descenso, algo que al momento jamás había experimentado ya que venía de tres ascensos y dos consagraciones en cinco años.
Al final de esa racha triunfal lo siguió una deambulación por la tercera y la cuarta división con el título de la C 2001/02 en el medio. Recién en 2023 regresó a la B Metro luego de 17 años y desde entonces busca volver a ser ese glorioso cuadro acostumbrado a pelear campeonatos y soñar con la Liga Profesional.