Un 23 de enero, pero de 1989, se produjo uno de los episodios más sangrientos en la historia moderna del Oeste: el copamiento del Regimiento de Infantería Mecanizado número 3 "General Manuel Belgrano" del Ejército Argentino en la localidad de La Tablada, al este del partido de La Matanza.
A 36 años del copamiento del cuartel de La Tablada: cuando el Oeste se tiñó de sangre
Un día como hoy, pero de 1989, un grupo guerrillero ocupó la guarnición militar matancera y provocó la muerte de 43 personas entre civiles, policías y soldados.
Todo comenzó a las 6 de la mañana de ese caluroso lunes, cuando unos 46 integrantes del Movimiento Todos por la Patria (MTP) tomaron un camión abastecedor e ingresaron embistiendo súbitamente la barrera de la entrada para dar paso a otros seis autos que traían al grueso de los atacantes divididos en varios grupos.
Casi de inmediato, los soldados que se encontraban cerca del acceso abrieron fuego contra el transporte mayor e hicieron que choque, pero la superioridad numérica de los guerrilleros se impuso y así lograron ocupar la guardia de prevención, aunque su principal objetivo era el sector de los tanques.
Pese al intenso combate y a que pudieron abrir dos galpones, ninguno de ellos guardaban esos vehículos de guerra y solo llegaron a controlar algunos edificios para las 9:30 horas. Al verse rodeados por fuera, decidieron quedarse en sus posiciones y defenderse del contraataque militar, tanto del exterior como de los atrincherados en sus compañías.
La rendición al día siguiente en La Tablada y lo que pasó con los insurgentes
Tras más de 30 horas de combate, el MTP aceptó entregarse el martes 24/1 y los hombres y mujeres empezaron a salir por una puerta que daba a la Avenida Crovara. Más allá de que ese mismo año los sobrevivientes fueron condenados en su mayoría por juicios abreviados, recién en 2019 el general retirado Alfredo Manuel Arrillaga recibió la pena de prisión perpetua por homicidio y desaparición forzada de uno de ellos, José Díaz.
En total hubo 43 muertes directas a causa del enfrentamiento armado entre militantes (32), soldados (nueve) y policías (dos), mientras que la guarnición decidió mudar sus instalaciones a la ciudad bonaerense de Pigüé y dejó abandonado el espacio matancero, que actualmente está en ruinas.