La Unidad de Investigaciones de Delitos Complejos y Procedimientos Judiciales “Cinturón Sur” de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) pudo detener en los últimos días a un joven de 19 años que se encontraba prófugo hace varios meses y se escondía en el lado norte de la localidad de Moreno, como también en la de Ezeiza.
Moreno: cayó un narco e integrante de una peligrosa banda
El hombre estaba prófugo hace varios meses y se escondía en Moreno y también en Ezeiza. Cómo era el violento accionar de la organización criminal que integraba.
El pedido de captura había sido firmado el pasado 16 de mayo por el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°16, pero sus movimientos resultaron ser efectivos hasta este martes, 13 de septiembre, cuando fue arrestado con la ayuda de otros escuadrones de la fuerza.
El hombre alternaba sus estadías entre las dos ciudades mencionadas y además solía ingresar de vez en cuando al barrio Padre Rodolfo Ricciardelli de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), conocida popularmente como Villa 1-11-14, por lo que resultó interceptado en el complejo habitacional y le decomisaron documentación de interés para la causa.
Este sujeto pertenecía a una peligrosa organización narcocriminal llamada “Los Marolas”, que fue desarticulada en mayo y desde hace años se habían apoderado del control de las ventas de drogas, ajustes de cuenta y otras actividades criminales en uno de los sectores del mencionado asentamiento.
La investigación que llevó a su desarticulación determinó que el jefe de la banda dirigía y daba órdenes vinculadas a la comercialización de estupefacientes , mientras que su esposa e hijos reclutaban gente, controlaban los “búnkers”, se encargaban de la recaudación del dinero producido por la actividad y mantenían atemorizados a los vecinos mediante amenazas con armas.
El operativo que culminó su accionar devino en el secuestro de seis kilos de “cannabis sativa”, 750 gramos de cocaína, 78 semillas y tres plantines de marihuana, cinco gramos de pasta base, un troquel de LSD, tres pistolas con un calibre de 9 milímetros, un revólver 357, seis cargadores, 3.200 dólares estadounidenses, 5.675.170 pesos argentinos y 62 teléfonos celulares, por ejemplo.