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La cárcel de González Catán empezó los talleres de la Red de Familias TEA local

Se trata de un proyecto que también se implementa en el penal de Libertad y busca capacitar a los presos de González Catán en pedagogía para personas con TEA.

La seccional del partido de La Matanza de la Red Federal de Familias TEA anunció que esta semana dio inicio a la sexta edición de los talleres que imparte en la Unidad Penal número 43 del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), la cual se ubica en el barrio San Enrique de la localidad de González Catán.

Se trata de una serie de cursos donde los presos se capacitan para que, luego de recuperar su libertad, están en condiciones de desarrollar material pedagógico y de funcionalidad para personas con trastorno del espectro autista, que van a distribuir de forma gratuita de la mano de la mencionada asociación civil.

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Las integrantes de la Red de Familias TEA en la cárcel de González Catán.

Las integrantes de la Red de Familias TEA en la cárcel de González Catán.

"Estamos muy contentas de retomar las clases en esta cárcel, que fue la precursora del proyecto hace seis años. En breve estaremos pidiendo los insumos que nos harán falta para la continuidad del mismo", sentenciaron al respecto las tres profesoras encargadas de la iniciativa.

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LA PERLA LARGO

El penal de Libertad que donó juguetes para niños con TEA

Algunos días atrás, la Unidad 49 de la ciudad de Libertad, al sur del municipio de Merlo, confeccionaron y donaron varios juguetes para que los usen familias y niños con TEA a través de la organización no gubernamental (ONG) "Casa del Niño, Mi Amigo Dino", que trabaja tanto a nivel local como en el distrito de Moreno.

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Peluches, almohadillas y juegos dinámicos, entre otros, se realizaron con materiales reciclados del penal, tales como botellas de plástico, tapitas, cartones y maderas, y máquinas, hilos, agujas y demás elementos brindados por la entidad de bien público.

Tales actividades promueven la adquisición de saberes y herramientas vinculadas con la generación de insumos necesarios para personas con autismo, lo que deriva en la posibilidad de que los internos que tomen las clases puedan desarrollar actividades laborales y la formación de cooperativas aplicando su conocimiento y ofreciendo los productos en el mercado a un precio razonable y accesible.