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El supuesto paso de Charles Darwin por el Oeste a 142 años de su fallecimiento

Un día como hoy, pero de 1882, murió el "padre de la evolución", por lo que conviene recordar cuando presuntamente pisó el Oeste en su camino a Luján.

Un 19 de abril, pero de 1882, falleció en su casa de Inglaterra Charles Robert Darwin, conocido como el "padre de la evolución" y uno de los seres humanos más importantes de la historia, pero lo que no todos saben es que es muy probable que mucho antes haya pisado el Oeste.

El naturalista visitó el actual territorio de la República Argentina durante la década de 1830 y permaneció en distintos puntos de ella, periplo reflejado en ocho de los 21 capítulos de su diario de viaje. Particularmente, en septiembre de 1833 se dirigió al interior de la provincia de Buenos Aires con el objetivo de seguir hasta Mendoza y después Chile.

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Es allí cuando se presupone que debió pisar los hoy partidos de Merlo y Moreno aproximadamente hacia el 27 de septiembre, cuando habría cruzado el Río de las Conchas (eventual Río Reconquista) antes de llegar a la ciudad de Luján al día siguiente, lo cual describe en el citado libro: "Pasamos la pequeña localidad donde hay un puente de madera (Puente Márquez) sobre el río. Una conveniencia más inusual en este país".

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LA PERLA LARGO

Un hallazgo científico que comprobaría el paso de Darwin por el Oeste

En 2015, los arqueólogos Guillermo Carlos Jofré, Martín De los Reyes y Mariano Del Papa detectaron un interesante yacimiento los márgenes del Reconquista correspondiente al municipio merlense y en las proximidades de la Presa Ingeniero Roggero.

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Los restos óseos del Oeste que serían los descriptos por Darwin en su diario de viaje por la Argentina.

Los restos óseos del Oeste que serían los descriptos por Darwin en su diario de viaje por la Argentina.

Los especialistas observaron un nivel con una gran acumulación de elementos óseos, mayormente correspondientes a vacas y caballos. Este corresponde a materiales depositados en el pasado reciente e integrado por sedimentos arenosos de coloración parduzca. Las características de tales huesos probablemente constituyen otro testimonio de la “gran seca” descripta por Darwin en su diario.

“En tanto viajaba recibí varias vividas impresiones de los efectos causados por la última sequía, y tal vez la relación de esta arroje alguna luz sobre los casos en que quedaron sepultados juntos gran número de animales de todas clases", explicó el propio científico británico.

FUENTE: "Darwin y la Gran Seca de 1827 a 1832" de Eduardo P. Tonni.